No se cuantas veces haya usted escuchado o dicho la frase de «es que Dios me castigo», creo haberla escuchado muchas, muchísimas veces, y le soy honesto, no recuerdo haberla dicho y no lo hago con presunción, yo también he tenido momentos difíciles en los que claramente he visto la intervención de la mano de Dios para mi vida, pero siempre he visto por delante de la disciplina, el amor que Dios pone en mi.

La Biblia nos explica que Dios espera que tengamos, vida y vida en abundancia, esa vida nos tiene que alcanzar hasta la eternidad, para que llegue ese día en el que podamos verle cara a cara y podamos haber cumplido nuestro verdadero propósito, pero no siempre hacemos lo correcto, la mayoría de las veces por desconocimiento de lo que es correcto y otras deliberadamente y sin detenernos.

Como nos detenemos de hacer algo que no tenemos la conciencia de que es desagradable ante los ojos de Dios?, o bien, como nos detenemos de hacer algo a lo que ya nos decidimos y estamos conscientes que no es bueno, mas estamos convencidos de querer hacerlo?, de hecho, a mi me llego a suceder que estuve tan decidido a hacer algo que incluso evitaba a Dios en mis pensamientos, como si con eso lograra que El no se enterara de mis actos.

Dios no se enoja con nosotros, El si que es paciente, El nos da oportunidad de que nos equivoquemos y regresemos delante de El todo el tiempo y nos da la oportunidad clara de que nos arrepintamos y confesemos nuestro pecado, pero si no lo hacemos así, corre riesgo nuestra vida en la eternidad, es cierto que Satanás tiene autoridad sobre esta tierra y que vivimos en territorio que le fue asignado a el de manera que si nos comportamos de acuerdo a los lineamientos de esta tierra, le damos autoridad sobre nuestra vida y puede reclamarnos para la otra eternidad.

Por ello Dios tiene que asegurarse de que hagamos lo correcto y en ocasiones nos tiene que disciplinar, tiene que lograr que volvamos nuestro rostro nuevamente a El, le reconozcamos y nos volvamos de los caminos equivocados en los que andábamos.

Me fascina el entender la cita de hoy, el como Dios nos asegura que un poco de vara no nos hará morir, en ocasiones somos demasiado exagerados ante la disciplina y renegamos como chiquillos, como si realmente nuestro mundo se acabara ante la disciplina, cuando no es así, de hecho la disciplina que recibimos de Dios esta muy lejos de nuestra capacidad de soportar, ya que mas que otra cosa, viene acompañada de amor.

Otra de las características de la disciplina de Dios es que tiene muchos avisos previos, y pocas veces nos agarra desprevenidos, así que mas a un sabemos que soportaremos lo que nos pueda llegar a suceder, ya que estamos avisados de ello.

De manera que en este día le quiero hacer una invitación especial, si esta pasando un momento difícil y considera que Dios esta interviniendo en ello, haga algo sencillo, pregúntele si realmente es El quien le esta disciplinando y tómese el tiempo de preguntarle también el porque de esa disciplina, valídelo con la palabra de Dios y tome acción, vera como ese pequeño sufrimiento por el que pasa, no tiene otra raíz que la necedad de saber la voluntad de Dios e ignorarla o simplemente el desconocer esa voluntad de Dios y no llevarla a cabo.

Este fin de semana le animo a que disfrute de la disciplina de Dios, esta le libra del Seol (infierno) y le asegura vida!.

La cita de hoy, no se refiere específicamente a la disciplina que Dios nos da, mas bien se refiere a la disciplina que debemos aplicar a nuestros hijos, pero es un buen reflejo del corazón de Dios, ya que como imitadores de Cristo que es Dios, debemos dar un trato a nuestros hijos, como nuestro Padre nos lo da, no cree?

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