Le ha sucedido que le pidan orar para bendecir la mesa o para interceder por algo en especifico con un grupo de personas?, es muy común que las personas se resistan a hacerlo con el argumento de que «no saben orar», ya que piensan que su oración tiene que ser larga y elocuente, conteniendo palabras rebuscadas y que se escuche «muy espiritual» su oración.

Últimamente he meditado mucho acerca del hecho de que solemos pensar que Dios es como nosotros, lo cual nos llena de dudas y de mitos ya que pensamos que Dios reaccionaría como nosotros o que Dios nos juzgaría como nosotros lo hacemos, es decir, solemos pensar que El es como nosotros y no nosotros los que podemos aspirar a parecernos a El, luego, cuando nos enfrentamos a los momentos de verdadera interacción con El, nos damos cuenta de que no le conocemos y nos paralizamos al actuar con respecto a las cosas de El.

La verdad es que es Dios es mas fácil de tratar de lo que usted imagina, El no espera una oración elocuente y compleja, eso es lo que los demás esperan de nosotros, como si de esa manera pudieran «medir» nuestra espiritualidad, pero Dios, El solo espera palabras sencillas, simples y honestas que vengan del corazón.

Esto me hace recordar las innumerables veces que he leído correos o estado en platicas acerca de como orar, si en voz alta o en silencio y solo de recordarlo me abrumo, ya que no hay una regla al respecto, Dios no tiene un protocolo, Dios quiere que usted tenga confianza para con El y que ello le permita entablar una conversación significativa.

La cita de hoy, la leí ayer y me impactó de gran manera, ya que me recordó que cuando queremos orar y decimos no saber hacerlo, empezamos a decir mil cosas a la vez y a gran velocidad, como existiera la posibilidad de que pudiéramos impresionar a Dios y que por ello escuchara mas nuestra oración que la de los demás, y no nos damos cuenta que nos comprometemos a un sinnúmero de cosas que no pretendemos siquiera cumplir y que esas si que nos hacen ver mal a los ojos de Dios.

El devocional de hoy, no es mas que una sencilla invitación, a que tome un tiempo a parte para orar, vaya a un lugar donde nadie le estorbe, ni nadie le interrumpa, una vez ahí, empiece a adorar a Dios, es decir a mencionar las cosas que es El, pero no las que escuchó por ahí, sino las que le constan, empiece a describir desde el fondo de su corazón el agradecimiento que le tiene, no haga otra cosa, hasta asegurar que siente la presencia de Dios, es decir, hasta que se de cuenta que ese Dios que ha hecho cosas en especifico por usted y que reconoce en su presencia esta con usted, entonces empiece no a pedir, sino a describirle su situación, a decirle como se siente su corazón, aunque El ya lo sabe, le gusta escucharlo de usted, se dará cuenta que va encontrar en Dios algo mas que alguien que solucione su situación, y que no tiene que impresionarlo, que le ama como usted es y que anhela bendecirle.

 Disfrute sus momentos con Dios.

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