Hay quienes dicen que la esperanza es lo último que muere, y la mayoría de las veces que escucho a una persona decir esto es con una cara larga y a punto de tirar la toalla, o tratando de consolarse, pero no con verdadera esperanza, como lo he mencionado en ocasiones anteriores en estas líneas, la esperanza no es otra cosa que fe + acción, es decir sin fe no hay esperanza, pero la fe no es suficiente para poder tener esperanza, sino tenemos que tener una fe activa que muestre que realmente creemos y que no se conforme a esperar.

Wow, es decir, esperar resignadamente y esperanza no tiene nada que ver una cosa con la otra, eso esta más que claro!.

Ahora bien, cuando decimos que tenemos esperanza y ahora comprendemos que tenemos que tener fe y ponerle acción a esa fe, siempre nos queda la duda de cómo ponerle acción a esa fe y la respuesta pareciera difícil, pero no lo es, es más sencilla de lo que imagina, ya que para ponerle acción a algo que no vemos y no entendemos, no hay más que hacerlo por medio del amor, es decir, hay que amar aquello en lo que tenemos esperanza, y con ello no importa cual difícil parezca perseveraremos, ya que tenemos pasión por ello.

Pasión?, si pasión!, la pasión viene del amor y no me refiero a la pasión carnal, sino a la pasión de cuando se ama algo o a alguien y se cree dinámicamente en ese algo, o en ese alguien, es el tomar las características del amor y ponerlas a funcionar, por ejemplo cuando decimos que el amor todo lo cree!, y aprendemos a creer por amor, pero ese creer y ese convencimiento de ello nos lleva a tener pasión por lo que creemos y tenemos esperanza.

Hay muchas personas que me escriben que me dicen estar enamoradas de alguien, algunas ya tuvieron una relación con esa persona y otras nunca la han tenido y piden a Dios que ese alguien les haga caso pronto y tienen la «esperanza»  y la «fe» de que así será, pero la verdad es que no están convencidas de ello, ya que «esperan» pasivamente, no hacen nada porque ese alguien se entere de que existen o de que están ahí, es decir no tienen pasión por tener una relación con ese alguien y no lo hacen por miedo a ser rechazadas, aunque a veces creo que es porque en realidad no aman a esa persona, ya que si la amaran, estarían dispuestas a soportar el rechazo, ¿que acaso no aprendimos que por amor todo lo soportamos?.

En estas semanas que hemos aprendido sobre el amor, me ha quedado más que claro que quienes viven de tener esperanza, se han quedado hundidos en una inevitable mediocridad, ya que no entienden la dimensión ni de lo que piden, ni de lo que pudieran recibir, por ello, más que tener esperanza, esperan pasivamente.

La cita de hoy nos enseña que al final cuando nada mas queda, están la fe, la esperanza y el amor, pero el más grande es el amor, ya que es el que mueve nuestra fe para que pueda ser esperanza, es decir, si no tiene fe con amor y ese amor no le lleva a la acción de hacer lo imposible para que lo que espera se cumpla, cuando ese amor no le lleva a investigar todo sobre ese alguien, si ese amor no le inspira a hacer cosas alocadas que le aseguren la atención de ese alguien o de Dios mismo, entonces solo está perdiendo su tiempo ya que ni tiene fe, ni tiene amor, solo espera algo que muy probablemente no sucederá.

En el penúltimo devocional de la serie acerca del amor, no puedo hacer más que un alto en el camino y reflexionar acerca de cada una de las ocasiones en las que dije amar y no actué, y entender que viéndolo de esa manera jamás tuve esperanza de lograrlo!, que me dice de usted?, va a seguir teniendo esperanza o va a empezar a amar de manera que reciba lo que anhela y espera?

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