Existen varios tipos de personalidades, entre ellas, la quinestesica, la visual y la auditiva.

Las personas quinestesicas reaccionan de acuerdo a los sentimientos o a los presentimientos, las visuales, de acuerdo a lo que ven y perciben con la vista, y los auditivos, como su nombre lo indica, a lo que se oye o se escucha.

Como vendedor y en mi trabajo he aprendido a identificar bien a estas personalidades y aprovecharlas para captar la atención de mis clientes y lograr obtener la tan preciada y anhelada venta, lo interesante es que el proceso de una relación ya sea de amor, de amistad o profesional como con mis clientes, realmente apenas empieza una vez que terminamos de hablar, es decir, en el momento que cerramos la boca y ponemos actos detrás de nuestras palabras, es decir, cuando nuestras palabras dejan de ser eso, solo palabras y se convierten en hechos, hechos causados por una desciño, así como la decisión de amar, por poner un ejemplo.

La cita de hoy es solo el comienzo de una larga lista de aspectos y características del amor, pero creo que es una de las más importantes, ya que habla sobre las palabras y el amor, nos enseña que no importa que tan buenos nos escuchemos, ni que tan lindo suene eso que le dijimos a alguien, si no hay amor que acompañe a esas palabras, solo seremos como los címbalos que suenan, pero que finalmente están vacíos.

Me llama la atención que Dios usara esto para iniciar a hablar sobre el amor, pero lo entiendo de esta manera: Quien mejor que El para hablar acerca del amor y de las promesas falsas que solo son palabras, sin la intención verdadera de amar, sino mas bien con la intención de solo obtener algo a cambio de palabras bellas.

Amar se dice fácil!, aun mas cuando se quiere algo, las palabras parecieran salir descontroladamente de nuestra boca y sin siquiera meditar en ellas, pero pocas veces van acompañadas del verdadero amor, y la intención de convertirse en un acto cometido por la decisión de amar.

 Mi Madre nos solía decir a mi hermano y a mí: «si no tiene nada bueno que decir, entonces no diga nada»‘ y sabe, es una frase llena de sabiduría, no solo porque mi mama la dijo, no, sino mas bien porque están llenas de verdad, con el tiempo he aprendido que no es importante el lograr un objetivo por medio de las palabras, como vender por ejemplo, no importa que tanto le prometa a un cliente, si no estoy dispuesto a cumplir todo lo que le prometí al momento de venderle, simplemente seré un charlatán que logro una venta rápida sin trascendencia, pero si respaldo cada palabra con un hecho lograre un cliente fiel y que me recomiende.

 En el amor no es distinto, sabemos decir cosas lindas para captar la atención de alguien, y pensamos que con Dios es igual, pero normalmente no tenemos amor detrás de esas palabras, porque no reflexionamos acerca de lo que dijimos, por tanto no somos más que címbalos que resuenan, con efectos tan largos como el ruido que hacen nuestras palabras.

 Mi invitación en esta mañana, es a que escuche y evalúe sus propias palabras, deténgase al hablar y piense bien antes de que diga algo lindo y que no pueda respaldar con la decisión de un hecho de amor, aprenda a callar por prudencia y a evitar la falsa ilusión del amor y empiece a decidir poner acción detrás de cada palabra, no sea un vendedor charlatán de amor, sea alguien que ama, como Dios nos ha instruido, haga que esas palabras que dicen «te amo» recorran como electricidad hasta el tuétano cuando las diga, de lo convencido que esta de llevarlas a cabo.

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