No se usted, pero yo amo los fines de semana, y no es por el hecho de descansar, creo que por el contrario, parecieran mis días mas ocupados, pero son los días en los que tengo mas oportunidad de dedicar tiempo a Dios y de darme la oportunidad de dejarme tratar por El, de hecho los domingos por la noche son emocionantes, ya que podría escribir de un solo golpe los devocionales de los siguientes 2 meses, de todo lo ocurrido y aprendido en un fin de semana.

Este fin de semana no fue la excepción y de hecho al estar buscando una cita para escribir el devocional de hoy, esta ilustro perfectamente lo que mi corazón quiere compartirles y tal vez no le haga mucho sentido de entrada, pero se lo explicare.

Alguna vez le ha tocado estar endeudado al grado que sus tarjetas de crédito están a tope?, que literalmente se encuentra trabajando y esforzándose diariamente para que al llegar la famosa «quincena» o día de pago todo su ingreso se vaya a pagar las deudas de las tarjetas de crédito, o a un peor, los intereses de las mismas?, yo alguna vez me encontré ahí (debo admitirlo mas de una), y llego un momento en el que me sentía propiedad de las instituciones bancarias, ya que no solo todo lo que tenia se los debía a ellas, sino también lo que ya no tenia!.

Si nunca ha estado en esa situación le felicito, pero espero haber podido compartirle un poco el sentimiento que tenia en ese momento y desafortunadamente es algo que nos pasa en nuestras vidas diarias también, no con el dinero, sino con las situaciones cotidianas, con los problemas y obstáculos del día a día, y cuando no vemos manera de resolverlo, pretendemos involucrar a Dios en nuestra situación y no para que nos ayude, sino para que le digamos como hacer las cosas para nosotros, le ha sucedido?, espero que usted como yo este sonriendo porque esta de acuerdo.

Los problemas son como las deudas, hay veces que pensamos tanto en resolverlos como pensamos tanto en pagar las deudas que los problemas se hacen mas grandes y las deudas generan intereses y terminamos siendo esclavos de los problemas que nos acosan y se convierten en un grillete que tenemos que andar arrastrando para todos lados.

La cita de hoy es una de las mas emocionantes de la biblia, ya que nos hace reconocernos como deudores, pero nos recuerda que no somos deudores de nuestros problemas, ni nuestras enfermedades y aun de nuestras deudas económicas, hay alguien que ya las pago por nosotros en la cruz y es a esa persona (Cristo) que somos deudores y que esa deuda ha sido cancelada, así que ya no tenemos que vivir como deudores de los problemas y que lo que tengamos nos alcance justo para pagar, sino que aprendamos a vivir de acuerdo a aquel que es nuestro acreedor que lo único que pide a cambio es nuestro corazón para darnos vida eterna.

Con esto no le digo que no pague sus deudas ni deje sus problemas sin resolver, lo que es importante de esto es que use la moneda celestial de la sangre de Cristo para que se manifieste con los medios necesarios para pagar ya sea en dinero, sabiduría, humildad o de la manera que sea necesario para acabar con esa deuda.

Este lunes le invito a esto, entregue sus problemas a Cristo, hágalo en serio, use ese valor que el pago en la cruz por usted, y permítale ser su acreedor, que lejos de cobrarle intereses, le dará beneficios por aprovechar cada gota de sangre que derramo en la cruz por usted y por mi.

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