¿Alguna vez le ha sucedido que no se siente en condición de estar delante de la presencia de Dios?, creo y estoy casi seguro de que si, a mi me pasa constantemente y no le se decir exactamente de donde viene esa sensación pero es un juego que sucede en nuestra mente y solemos confundirlo y ponerlo en el lugar equivocado es decir en nuestro corazón y si eso sucede, corremos el riesgo de perdernos la bendición que Dios tiene para nosotros.
Ayer fue un día de esos, simplemente desde temprano mi mente se lleno de pensamientos de cosas pasadas, actitudes pasadas y cosas que no valían la pena, y aunque por ningún motivo pensaba perderme la oportunidad de ir a la iglesia a entregar mi corazón a Dios, creo que no iba con la actitud adecuada.
Por motivos de trabajo me encuentro en Acapulco asistiendo al Tianguis Turístico, e hice un espacio entre mis citas del día para poder ir al iglesia, fui a Mundo de Fe, cuando llegue al lugar me llamo mucho la atención que las personas que sirven en la iglesia estaban orando antes del servicio, y no es eso lo que me llamaba la atención sino la manera tan apasionada como lo hacían, cuando el servicio empezó, tuve una verdadera lucha dentro de mi entre mis pensamientos y el motivo de mi presencia en ese lugar y me puse a pensar en todos y cada uno de los momentos por los que he pasado en mi vida que no fueron agradables a Dios y aun así me ha permitido estar en su presencia y sentirle, que asombroso, al paso de un par de alabanzas, escuche el canto que le comparto el día de hoy, ya lo había escuchado, pero no identificaba sus textos en el momento, quiero pensar que era porque tenia esa lucha dentro de mi, hasta que en el texto de la canción escuche «no hay tiempo para remordimientos» y fue en ese momento que me di cuenta que estaba desperdiciando mi tiempo al luchar contra esos pensamientos, mas que sentirme mal por cada uno de ellos, simplemente empecé a identificar el amor y el perdón de Dios por cada uno, lejos de irse esos momentos, regresaron mas fuertes y cada uno de ellos fueron borrados por la sangre derramada en la cruz.
Después de ese momento pude entender el amor de Dios, de cómo El nos ama al grado que se dio a sí mismo para que no solo seamos perdonados sino podamos aspirar a un lugar en su presencia en la eternidad.
No se de que manera este empezando su semana usted, pero le voy a compartir este canto y esta reflexión, le invito a pensar, no mucho pero si a pensar en cada uno de los momentos que usted sabe que no ha sido agradable delante de Dios, y reconozca que por amor, aun antes de que usted cometiera cada uno de esos actos, El ya había muerto en la cruz por ellos de manera que fuera usted perdonado y le sea garantizado un lugar en la eternidad al reconocerle como Señor y Salvador.
La canción de hoy es muy pegajosa, llévesela al trabajo, a la iglesia y haga parte de su día y su semana la conciencia de que El nos ama, mas allá de lo que merecemos y lo que entendemos, disfrute de cómo El nos ama!