Yo creo que en algún momento todos nosotros hemos hecho uso de la frase «lagrimas de cocodrilo» y en general nos referimos a cuando alguien llora pero en realidad lo hace mas por hacer notar sus lagrimas que su verdadero sentir o para chantajear a alguien, de hecho he visto mucho que los niños pequeños usan las famosas lagrimas de cocodrilo para conseguir de sus papas aquello que desean.
Ayer durante la hora del postre y en medio de una tormenta profetizada por mi Pastor, cambiaba de canales y llegue a un programa en NatGeo que explicaba el fenómeno de las lagrimas de cocodrilo y en especifico comentaba la incapacidad de masticar de estos animales, decía que sus afilados dientes les sirven solamente para desgarrar lo que comen al momento que lo están matando o tratando de obtener un trozo que quepa en sus bocas, mas de ahí en delante, solo lo pueden tragarse lo que han que pretenden comer y tienen que hacer tal esfuerzo para poderlo tragar que literalmente se les salen las lagrimas, pero estas son solo n reflejo y no un sentimiento, ya que son animales de sangre fría y por tanto incapaces de demostrar sus emociones de esa manera.
Así como los cocodrilos con sus famosas lagrimas, hay personas que dicen amar a Dios, incluso se atreven a decir que tienen una relación El y tratan de poner un toque de espiritualidad a todo lo que sucede en sus vidas, y créame, no lo hacen con mala intención, lo hacen mas por ignorancia que por mala fe, pero la realidad es que son prácticamente incapaces de amar a los demás y expresar su amor a Dios por medio de ellos.
A veces me sorprendo de cómo las personas dicen amar a Dios pero están completamente peleadas con las personas a su alrededor, me asombra el ver como las personas se dicen estar rodeadas de ambientes malignos, de gente que las acosa, de gente que quiere hacerles mal, de gente que no les es de bien, incluso he sabido de gente que acusa a sus acreedores de robarles su paz!, imagínese y aun así dicen amar a Dios y que este les cuida!, realmente no entiendo!.
En alguna ocasión alguien en una platica me dijo: «para demostrarle nuestro amor a Dios, solo tenemos que cumplir los 10 Mandamientos», y es muy cierto, todo lo que Dios espera de nosotros es nuestra obediencia, de hecho en lo personal he adoptado una frase que no recuerdo quien me dijo que reza «tienen mas poder 100 gramos de obediencia, que una tonelada de oración», pero incluso Jesús nos la puso mas fácil, resumió esos 10 mandamientos a solo 2 (Marcos 12:30-31).
La realidad es que los otros 8 mandamientos giran alrededor de amar a los demás por medio de no robar, no matar, no desear los bienes del otro , no injuriar a nuestros semejantes, etc., es decir debemos de aprender a amar incluso a aquellos que están a nuestro alrededor, para poder demostrar nuestro amor, y es una realidad que a veces no lo sentimos así, pero no se ha puesto a pensar que podríamos empezar a amar a nuestro prójimo por obediencia?, creo que seria un excelente inicio y de ahí podremos desarrollar este nuevo talento, por que vaya que amar debe de ser un talento mas que un sentimiento no lo cree?.
En este día mi invitación es a lo siguiente, tome un tiempo y ponga en una balanza sus palabras, ponga en un lado las veces que ha declarado amar a Dios y dicho que tiene una relación con El, y en el otro lado las veces que ha hablado en contra de sus prójimo, que ha tomado acciones en su contra, que ha hecho gala de su actitud de victima para con el y vea cual gana, le aseguro que si lo ve bien, su amor a Dios podría ser semejante a las lagrimas del cocodrilo, un reflejo mas que la expresión de un sentimiento y podríamos parecer hijos de Dios de «sangre fría», pero no se preocupe, mas bien ocúpese en cambiar eso, antes de sentirse condenado por ello, le invito a ponerse manos a la obra a amar a su prójimo, aunque en un principio sea solo por obediencia.