Hacer el bien… cuantas definiciones diferentes tienen estas tres palabras en conjunto, ¿se imagina?, así es, todos tenemos un concepto distinto de hacer el bien, cada quien lo aplicamos de manera distinta, todos pensamos otra cosa del bien, pero lo que mas me asusta, es que todos pensamos que hacemos el bien y corremos el enorme riesgo de estar equivocados.

Hacer el bien tiene una sola definición, el amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos, no hay mas alternativa, es decir, el bien radica en el desear y hacer por otros lo que nosotros hacemos por nosotros mismos y lo que esperaríamos que otros hicieran por nosotros, eso es hacer el bien, hay quienes proporcionan alivio a otros dándoles en el momento lo que quieren o bien lo que necesitan, pero solo rayan en lo meramente básico, pero pocos estamos dispuestos a ir mas allá, pocos nos queremos involucrar con los asuntos de los demás y ayudar verdaderamente.

Diariamente recibo muchos correos de personas que leen estas lineas de manera diaria, muchas personas tienen problemas, quien no los tiene, pero veo con gran tristeza como muchas personas son golpeadas emocionalmente en sus relaciones personales y de pareja y caen en dos situaciones de mucho riesgo, la primera es el pasar por alto estas ofensas, infidelidades y agravios, y no terminan mas que acumulando un gran sentimiento de inconformidad en ellos mismos o el segundo que es lo opuesto, el enojo y la falta de perdón.

En el devocional del día de ayer leíamos acerca de que todos tenemos un momento donde nos arrepentimos de nuestro pecado y pedimos a Dios dirección de como empezar a caminar en santidad de nuevo, así como pedimos a Dios esta oportunidad, así debemos de hacer nosotros con nuestros semejantes, recuerdo a un buen amigo que tenia un conflicto con su madre, el aseguraba que su mama no le quería y que ella nunca le abrazaba ni le decía cuanto le amaba, después de preguntarle acerca de su madre, dimos con la conclusión de que su madre viene de una familia de mas de 11 hermanos (no recuerdo el numero exacto) y que la condición de su familia había sido hasta cierto punto precaria, donde sus abuelos tuvieron que estar constantemente trabajando para sacar adelante a todos sus hijos, por ello es obvio que su madre no sabia abrazar a su hijo ni decirle las cosas que el esperaba de ella, muy probablemente ella tampoco las recibió y por ello no sabia como hacerlo, por ello lo anime, y le dije que tuviera una platica con su madre, que le explicara su necesidad y que si era necesario, que el se metiera en sus brazos y le explicara como le gustaría que lo abrazara, no tengo idea si lo hizo a ese detalle pero le aseguro que esa es la manera mas adecuada de resolver una situación de estas, Jesús mismo lo hizo, al esta en casa de Martha y María, una de ellas hacia el «bien» afanadamente servía al Mesías, pero María simplemente se arrodillo a los pies de El y le amo y paso un tiempo de amistad con El, Martha le reclamo y fue ahí donde el mismo Jesús se lo explico, no son obras lo que El espera, es tiempo de calidad lo que fortalece nuestra relación con el.

Jesus hizo el bien a Martha, le dio las verdaderas herramientas para vivir una vida plena, y le puedo decir que por medio de esa ilustración me hizo el bien a mi, pero la pregunta del millón de dolares sera, como aplicar esto a las relaciones personales dañadas?, la respuesta es fácil, si usted ha sido víctima de un engaño (no solo amoroso, sino en general), usted es la primer persona indicada para hacer el bien a su ofensor, usted puede darle la oportunidad de corregir sus pasos y poder caminar una nueva y mejor vida, lo primero que tiene que hacer es el poner en claro la ofensa ante su ofensor, explíquele con calma que es lo que le duele y lo que le afecta, sin gritos, sin reclamos, muéstrele verdaderamente lo que hay en su corazón, después de eso, déjese ayudar por el o ella, permitale ayudarle a descubrir la manera conjunta de que su corazón sea sanado, le aseguro que el desquitarse no le llevara a nada.

La cita de hoy nos invita a no cansarnos de hacer el bien, ojo! solo perdonar no es hacer el bien, lo es todo el paquete completo!, es el hacer que la vida de su ofensor sea una mejor vida y por consecuencia su relación con el o ella también, el hacer el bien es el verdaderamente imitar el ejemplo de Cristo, El vino a darnos vida eterna y no soluciones temporales, por tanto, porque no empezamos por esforzarnos porque nuestras amistades, matrimonios y relaciones con los demás sean eternos de acuerdo al pacto que hicimos al comenzarlas?

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