Hace un par de noches estaba platicando con unos amigos de mi amigo Gustavo, recuerdo bien el día que se decidió a construir su casa, el terreno que había adquirido era una sola roca alta al pie de un cerro y al lado de una vía de difícil acceso, para poder construir su casa había primero que demoler la piedra y después sobre lo que quedara, tratar de construir la casa, recuerdo que una de las ocasiones que me llevo a ver el lugar donde seria su casa, no tuve mas que decir que: «yo no veo un terreno, solo veo un montón de piedras», la construcción de su casa no fue rápida, ya que Gustavo fue cuidando cada detalle de su casa, entre tanto con tono de broma siempre le decía «ya vas a tu montón de piedras?» a lo que el pacientemente siempre respondía que si, la construcción tardo años, pero cada vez la casa iba tomando mas forma, Gustavo era una persona paciente, pero le aseguro que en el tiempo que su casa se construía, la paciencia se exponencio en el, pero el resultado fue una de las casas no solo mas bonitas sino mas cómodas y mas habitables que conozco, cada detalle esta pensado en su funcionalidad y a su vez en la comodidad de quien este en esa parte de la casa.
Gustavo y Julieta su mujer son unos de mis mejores amigos, suelo ir a visitarlos tan seguido como puedo, lo hago porque en su casa me siento realmente cómodo y bienvenido, y además de que me emociona ver como cada vez que voy a su casa, esta ha evolucionado, cada vez hay algo nuevo otro detalle y como le dije un día al mismo Gustavo, pareciera que nunca la vas a terminar, pero después tuve que pensar para dentro de mi, espero que nunca la termine, el ama su casa, y la casa sigue creciendo debido al enorme amor y esfuerzo que ha puesto en ella, su casa es siempre perfectible.
Así como Gustavo tomo su casa en forma de una piedra enorme, así nos tomo Dios un día, y ha habido quienes tienen la sensibilidad de dejarse tratar, pero habemos otros a los que Dios tuvo que dinamitar esa piedra con la intención de poder edificar algo agradable en ese lugar nuestro llamado corazón, para que así El pueda habitar cómodamente en el.
El ver a Gustavo construir su casa con tanto empeño y amor, me inspiro a mi a decidir que el día que adquiera una casa, de ser posible la construiré yo mismo (no con mis manos, pero si en el proyecto como Gustavo), y me emociona tener un proyecto a largo plazo en el que se que dificilmente terminare pronto pero que tendré la oportunidad de amar por mucho tiempo, pero además de compartir con muchos y que así como yo disfruto de la casa de Gustavo, muchos puedan disfrutar de la mía.
Así mismo es Dios, El tiene un plan a largo plazo con nosotros, en vez de usar su poder y su soberanía y reemplazar de tajo lo que hay en nosotros por algo mas agradable, le gusta venir a quitar diario algo en nosotros y compartirnos que es, para que veamos como nos afectaba y a su vez veamos con que es lo que lo reemplaza para que podamos usarlo adecuadamente, El ha decidido que terminara nuestro proyecto el día que venga Cristo, para que entre tanto no nos jactemos de su obra ni de quienes somos y nos demos cuenta que siempre seremos perfectibles y que dependemos al 100% de El para poder aspirar por ello.
A diferencia de Gustavo o cualquier otro constructor, Dios no tiene limites ni falta de recursos, todo lo que necesita es que usted y yo le demos autorización de trabajar en nuestras vidas y lo hará con empeño, con amor, con constancia, El esta preparado para trabajar con lluvia y con mal clima, a veces necesita de estas inclemencias, para asegurar que la casa que esta construyendo sea firme e impermeable, que no tendrá goteras y que sus cimientos le sostienen de manera que jamas caerá, pone guardianes (ángeles) alrededor nuestro para evitar que los ladrones vengan a robar lo que El ha puesto dentro, o que se tomen como morada el lugar que El construye, pero estos entraran si es que usted les abre la puerta o los invita.
Mi invitación de esta mañana es a que haga como yo una reflexión,vea detalladamente como esta su vida, identifique en que etapa de la construcción esta Dios y limpie los escombros, para que El pueda venir a continuar esa obra que prometió por escrito que continuara hasta la venida de Cristo, en pocas palabras, habrá un día que seremos perfectos si es que lo permitimos, ese día es la venida de Cristo en el que seremos perfectos porque habremos permitido que El termine su obra en nosotros y nos haya hecho semejantes al mismo Cristo, según su promesa.