Según mi entendimiento la palabra bendición viene de bien-decir, y con esto podemos entender que cuando Dios nos bendice, es que el usa su boca y la palabra que sale de ella a nuestro favor, el hace con su poder que las cosas tanto terrenales como celestiales se muevan para nuestro beneficio, pero mi pregunta durante mucho tiempo ha sido, ¿que es lo que tenemos que hacer para que esto suceda?, ¿que tenemos que hacer para que Dios haga o diga algo que no había hecho o dicho antes?.

Einstein dijo «si haces las cosas que siempre has hecho, obtendrás siempre los mismos resultados» y esto me confunde aun mas, todos los días (es en serio todos los días), escucho y leo a personas con necesidad de Dios, es impresionante ver y escuchar cuantas de ellas necesitan de su favor, pero mas asombroso es el ver y escuchar cuantos no lo reciben y se conforman con cualquier cosa que suceda o bien que «al menos» no les fue peor y se consuelan con un «Dios sabe porque hace las cosas», ¿le ha sucedido?.

Yo me niego rotundamente a aceptar eso, aun en mi misma vida, tengo una lucha constante en mi interior de no aceptar que las cosas por algo pasan, en mi intimidad con Dios busco respuestas y exijo explicaciones y no me conformo hasta recibirlas, ¿y sabe que es lo mejor?, ¡en todas las ocasiones las recibo!.

Hace 2 días platicaba de esto con mi amigo Chuy, solemos hacer esto, indagar en nuestros intelectos, en nuestros espíritus y con Dios acerca de lo que nos pasa día a día, vaya que lo disfruto y últimamente hemos platicado acerca de dar el siguiente paso en nuestras vidas, con el siguiente paso me puedo referir a cualquier cosa que usted este por hacer, casarse, dieta o simplemente buscar un mejor trabajo; después de envolvernos en una acalorada pero edificante discusión, nos dimos cuenta que hemos llegado a un punto en nuestras vidas en las que estamos en una zona cómoda, tenemos el control de nuestra economía, tenemos el control de nuestro ambiente de amistades, crecemos en conocimiento tanto intelectual como para con Dios, pero no hemos dejado de hacer las mismas cosas, lo cual hace que aquellos sueños que tenemos desde hace años, no se cumplan, ya que no le hemos dado entrada a Dios por completo a esa área y porque sabemos que hay que hacer muchos cambios en nuestras vidas para ello.

Wayne mi Pastor me dijo algo hace un par de días que impacto mi vida, me dijo algo así, «las personas creemos en muchas cosas, creemos en que Dios es bueno, creemos que Dios puede sanar, creemos que Dios puede bendecir, pero hay cosas que realmente deseamos, para las cuales nos falta verdaderamente la fe para creer que Dios lo puede hacer», cuan cierto es esto, hay cosas que realmente queremos y que realmente anhelamos en las que no hemos sido capaces de darle cabida a Dios, en las que sabemos que queremos que lo haga, pero que no entendemos como lo haría, por tanto no lo hemos puesto verdaderamente en sus manos y no creemos que lo podrá hacer o que lo hará.

La cita de hoy me hace estremecer cada vez que la leo, ya que Abraham era un hombre bendecido, tenia familia, tenia riquezas y tenia a Dios en su vida, no le faltaba nada, pero no tenia una cosa que anhelaba, un hijo, y como tenia ya mas de 100 años y una mujer estéril, le era prácticamente imposible creer que algún día lo tendría, no solo por la condición de esterilidad de su mujer sino por la edad que tenían ambos, pero la realidad es que Abraham tenia ya una rutina para ser bendecido, es decir Dios hablaba el bien sobre su vida de constante, pero hablaba el bien sobre lo que ya era y ya hacia, Dios tiene una  cualidad, es fiel, y lo que promete no lo deja de cumplir nunca, pero para obtener una nueva bendición, Abraham tenia que tener nuevas cosas y actitudes sobre las cuales Dios hablara bien sobre el, no cree que como usted ora, Abraham también lo hizo por muchísimos años pero nunca cambio su actitud, así que no fue sino hasta el tiempo que Dios le dijo, que dejara su tierra, su parentela y lo que el era, para ser engrandecido, y solo entonces seria la persona que siempre Dios había planeado para que fuera.

En esta mañana le quiero invitar a meditar en lo que Abraham hizo y en lo que le aseguro que Chuy y yo también estamos empezando a hacer, estamos dejando nuestra rutina para con Dios, estamos dejando a un lado las personas que somos, para que así Dios pueda ver una nueva manera de hablar el bien sobre nosotros (bendecirnos) y que podamos verdaderamente llegar al siguiente nivel, ¿que espera para también hacerlo usted?

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