Como ya lo comente, la semana pasada me encontraba en Panamá y me asombro ver que el 80% de las personas en aquel país tenían una blackberry, estos teléfonos son tan populares y accesibles en aquel país que es casi raro ver a una persona con otro tipo de teléfono celular, cada vez que veía a alguien me daban ganas de cambiar mi equipo por el de esa persona por que era mas sofisticado y mas avanzado, cada taxista, cada recepcionista, ¡simplemente todos usan un aparato de estos!.

Al pasar mucho tiempo en lobbys de hoteles, taxis y aeropuertos, me da mucho tiempo de observar y platicar con las personas a mi alrededor, yo en lo personal soy amante de la tecnología y en especial de las blackberry por la manera que han facilitado mi trabajo y mi vida cotidiana, así que asumí que en un país como Panamá donde todos portan un aparato de estos, aprendería mas acerca del uso y las funcionalidades novedosas que estos aparatos tienen, ¡mas cual fue mi gran sorpresa!, todos los usan de una manera extremamente limitada, para enviar correos y para chatear, ¡pero solo eso!, esto me dejo sumamente decepcionado, pero a la vez me hizo reflexionar sobre lo siguiente:

Hay cosas que se ponen de moda, asi como las blackberry, estas modas nos hacen ver y sentir modernos, tal vez elegantes y sofisticados, pero a su vez es solo una apariencia ya que poco sabemos de ello, por ejemplo, hay muchos que ahora tienen la intención o hacen yoga, mas por que esta de moda que por saber de que se trata, pero nos hace ver interesantes y «relajados», pero en realidad nuestro conocimiento y uso es como el de las blackberry, muy limitado.

Así nos pasa con Dios, todos reenvían archivos con mensajes bonitos, incluso hay personas que hablan en un tono solemne para hacerse ver o sentir cercanos a Dios, oran a Dios y ponen en sus manos sus necesidades y no solo una vez sino con insistencia como si no los escuchara, otros solo lo usan como un toma pedidos, ¡Dios ahora necesito esto!, etc… pero pocos se preocupan por conocer a Dios y menos en cambiar su manera de vivir de acuerdo a lo que El nos demanda y cuando alguien nos pregunta, tenemos la respuesta mas fácil y mas sencilla: «hay cosas que ya no se usan, eso es religioso, yo creo que Dios ha cambiado y esto ya no es malo, a final de cuentas Dios así me creo, quiero pensar que así me ama», ¿lo ha escuchado?, ¿lo ha dicho?

El pasaje de hoy nos habla de todo lo contrario, en los tiempos de la biblia los leprosos tenían que anunciar con una campanilla que iban caminando por un lugar para que la gente pudiera tener precaución y alejarse de ellos y jamas entrarían en contacto con ellos pues esto los haría inmundos, mas Jesús en su amor hizo todo lo contrario, fue, toco al hombre que menciona la cita y le sano, hizo algo totalmente diferente a las costumbres y usanzas del tiempo, ¡las cosas habían cambiado!, mas después de sanar al hombre le envió a cumplir su deber de acuerdo a la ley de Moisés que tenia miles de años de antigüedad.

Con esto quiero decir, aunque Dios tiene el poder de hacer las cosas distintas en nuestra vida, mas sus mandamientos no cambian, la manera en que espera que vivamos no cambia, lo que era malo antes sigue siendo malo ahora, mas a veces hacemos de Dios una blackberry, lo traemos a todos lados, lo usamos limitadamente, nos perdemos de los beneficios de usarle y creemos que porque lo adquirimos podemos cambiar sus reglas, pero no es así, sus reglas no cambian y no por ser inflexible, sino por nuestro propio bien, un bien eterno que muchos desconocen por no leer el manual, no el dela blackberry sino el manual de vida que nos dejo Dios.

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