Cuando leí la cita del día de hoy , estuve a punto de no escribir nada, creo que por ella misma se explica, y aunque en ocasiones nos duela darnos cuenta, es 100% verídica.

Hace unos días escribía sobre el  concepto que hacemos de nosotros para con nosotros mismos, y no nos damos cuenta que los únicos que no notamos  nuestra realidad somos nosotros, ya que por nuestra boca sale todo aquello que está guardado en nuestro corazón.

Recuerdo perfectamente a una persona que me aseguraba una y otra vez que era una buena escuchadora, y que la gente constantemente se lo decía, y en su afán de convencerme, jamás me permitió decir palabra alguna, hubo un momento en el que nos cruzamos con una persona conocida, le dijo, «¿verdad que soy una persona que sabe escuchar a los demás?» y se lo dijo en tal tono que la otra persona no tuvo otra opción más que asentir con la cabeza y agachar la mirada ante no haber podido contestar con su verdadera opinión.

En alguna ocasión escuche a un gran hombre de negocios decir:  «una mentira contada un millón de veces se convierte en una verdad», yo en lo personal nunca he estado de acuerdo con esta filosofía, pero en su labor de vender su producto, logro transformar la mentalidad de la empresa en la que trabajaba en una positiva en vez de la pobre opinión que los empleados de la empresa tenían acerca de la misma,  y así también pareciera que las personas tratan de esconder tras de sus palabras su verdad y creen que por hablar mucho de lo que no son, las personas de su alrededor cambiaran su opinión o percepción de ellas.

En el caso de esta empresa, la mentira era que eran una gran empresa, pero una verdad oculta era que tenía un gran potencial y antes de convertirse en una gran empresa tuvo que sufrir un cambio interior importante, la mentira jamás logro convertirse en verdad, simplemente fue un término mal aplicado, ya que en vez de contar mentiras este hombre le recordó a todos los que trabajaban ahí que tenían el potencial de ser una gran empresa.

Así como esta empresa, antes de que los demás cambien su percepción de nosotros, tenemos que sufrir un cambio interior radical, de lo contrario, por lo que sale de nuestra boca seremos delatados una y otra vez sin poderlo evitar.

Afortunadamente tenemos a Cristo quien puede sacar aquello que hay en nuestro corazón y convertirse en nuestro verdadero tesoro.

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