Dios no me deja de sorprender, cuando creo que lo sé todo de Él, me doy cuenta que no he avanzado ni un centímetro en conocer su carácter y de explotar su favor, no solo en beneficio propio, sino el de la gente que amo y de aquellos por quienes tengo cargas.

Cuando digo que Dios no me deja de sorprender es porque con todo su amor, gentileza y sutileza me enseña cosas nuevas donde nunca las imagine, hay temas que algunas veces pueden a llegar a sonar hasta cierto punto románticos como el de la cita de hoy, le aseguro que cuando la leyó, tuvo que asentir con la cabeza.

Todos sabemos (por que nos fue dicho) que Dios está en todas partes y que cuida de nosotros, o al menos es lo que queremos saber(o pensar), pero no tenemos evidencia de que así sea y luego sucede que teniendo a un Dios que está en todos lados, es  muy común que haya quienes piensan o aseguran que es difícil tener una relación con El, irónico ¿no?, ¿como puede ser difícil el tener una relación con alguien que está en todo lugar a donde vamos?

Cuando la palabra habla de que los cielos cuentan la gloria de Dios, no se refiere solamente a que veamos la manifestación de su gloria en todo lo que ha hecho, sino que como todo fue creado por El, toda al creación tiene la capacidad de reflejarle, y es una de las maneras más tangibles y entendibles de las que Dios habla a las personas, solo que a veces estamos tan distraídos buscando a Dios sin darnos cuenta que está en todos lados.

Muchas personas me preguntan: «¿como puedo escuchar a Dios?», la respuesta es muy sencilla, aunque Dios está en todo lugar, a Él le interesa estar en uno solo en especifico: «su corazón», es ahí donde es su anhelo habitar y donde se puede asegurar que usted le escuche y hacer SU voluntad en la vida de usted, no esporádicamente, sino todo el tiempo.

Dios es un caballero y jamás llega a donde no es invitado, si usted nunca le ha invitado a su vida le sugiero a que lo haga de inmediato, es muy sencillo, solo tiene que hacer una oración parecida a esta:

Padre, me ha sido dicho que eres omnipotente, omnipresente y que has hecho todo por y para mi, pero  sé que me has dado algo muy especial, que es mi responsabilidad compartirte, mi corazón, en él hay un trono el cual te pertenece, te invito a que entres en él  y tomes posesión, a que afines mi oído, para que te pueda escuchar y para que agudices mi vista, para que pueda ahora si de manera consiente descubrirte en toda tu creación, te pido me muestres si hay pecado en mi vida, para erradicarlo de ella y que en el nombre de Jesús, me perdones por ello, es mi deseo el poder conocerte a fondo y descubrir ese propósito que tienes para mi, amen.

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