Obtener el perdón de Dios es lo mas fácil que existe para hacer, simplemente tenemos que ir a la intimidad con El y reconocer nuestro pecado, confesarlo, tener la conciencia de que hicimos mal ( sin justificarnos, por los posibles motivos que hayamos tenido ), y tener la intención de no hacerlo mas, con ello, somos objeto de la Sangre de Cristo que es capaz de borrar nuestro pecado y hacernos dignos de entrar en la presencia de Dios.
Muchas personas tienen la idea de que primero tienen que arreglar su vida antes de poder tener un encuentro o un reencuentro con Dios, pero las cosas para con El son mucho mas sencillas, ya que si tratamos en nuestras fuerzas el dejar de hacer algo que nos atrae o es un habito, mas que sabemos que es desagradable ante los ojos de Dios, nuestras fuerzas tal vez no sean suficientes, necesitamos de la intervención divina, que venga y lo limpie y nos ayude a desechar esa actitud negativa de nuestra vida.
Habemos personas que pensamos que por que nuestro pecado parece pequeño ante nuestro entendimiento, y que tenemos el control de el, el mentir por ejemplo es uno de ellos, mas lo único que hacemos cuando tratamos de resolverlo por nosotros mismos, es el engañarnos, ya que Dios nos recuerda día a día que El esta ahí para nosotros y que tiene ese poder de transformarle, no en la persona que todos amen, sino en la persona que El ama y le regresara al estado de perfección como le creo.
La cita de hoy es una garantía de que seremos perdonados, siempre y cuando nos confesemos delante de El, no requerimos de otra persona para confesarle nuestro pecado, simplemente necesitamos ser sinceros con nosotros mismos y con Dios ( a El no lo podemos engañar ) y tener esa charla que hemos venido posponiendo hace largo tiempo y recibir ese perdón que haga nuestras cargas mas ligeras.