El sábado me hicieron recordar algo que esta presente en mi vida mas no suelo decir mucho, y creo que es un buen tiempo para mencionarlo:

Muchas personas dejan a un lado su relación con Dios por que por un lado piensan que deben de tener una cierta condición espiritual para poder acercarse a El, mas no es así, el cambio se da en cuanto nos ponemos en contacto con Dios, mas no es de eso de lo que le quiero hablar este día, sino de lo que sucede después…

Una vez que nos pusimos en contacto con Dios, nos olvidamos de quien es El y tendemos a tener una relación unilateral con El, en donde pedimos por nosotros y para nosotros y de vez en cuando le agradecemos por lo que hace por y para nosotros y listo y después de un tiempo nosotros mismos nos cansamos de repetir una y otra vez lo mismo, sentimos que no tenemos mucho que decirle a Dios y de nuevo caemos en el circulo donde dejamos a un lado nuestra relación con El.

La cita de hoy es una cita que puede mostrarnos muchas cosas acerca de Dios, primeramente que al querer El una relación con nosotros nos da una embestidura santa, y que aun no mereciéndolo, El puede hacer que reflejemos lo que El es a través de nosotros, pero no para que seamos bendecidos, sino para que seamos bendición.

Cuando Cristo vino a esta tierra, no vino a ser servido como el Hijo de Dios que es, sino vino a servir, nos enseñó el carácter de su corazón y se aseguro de dejárnoslo por escrito para que lo imitásemos, para que día a día diéramos un paso, primeramente acercarnos, luego tener una intimidad con El y después hacer como El hizo, servir a nuestros hermanos y poder ser una extensión de su poder.

Muchos creen que para llegar a servir hay que ser una persona especial, o de gran altura espiritual, pero por nosotros mismos, es muy difícil llegar a ese nivel, pero si permitimos que El nos use (simplemente hay que querer así de fácil ), su poder se manifestara en nosotros y seremos llevados a ser ese reflejo de El, con una imagen que solo El puede transmitir  y hacernos ver no como lo que somos sino como lo que El nos hace ser.

¡Comparte esta entrada, elige tu plataforma!

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *