Cuando converso con las personas me  gusta entender la idea que tienen de cómo es la persona de Dios, ya que desafortunadamente muchos no tienen un concepto propio por la carencia de una intimidad con El, me preocupa mucho el hecho de pensar que algunos llegan a ser irreverentes con Dios al momento de referirse a Él, tratando de hacer pensar a otros que mantienen una intimidad con el Creador.

Dios nos amo primero y nos ama más de lo que podemos percibir e incluso merecer, ha puesto el universo a nuestros pies y solo está esperando que vengamos a tomar el lugar de autoridad sobre el que nos corresponde, al obtener su favor, mas hay quienes nunca llegan a hacerlo ya que están pensando que Dios es alguien lejano y que las cosas relacionadas con el Poder de Dios son para los religiosos, cuando el menos religioso de todos es Dios!, El no espera que usted sea una persona llena de ritos, creo que por ello fue que Cristo vino en el tiempo que lo hizo para poder dejar por escrito la diferencia entre el ejemplo que nos dejaría y los fariseos de la época (religiosos apegados a la ley de Dios mas no a su Espíritu).
 Hay quienes se abstienen de hacer ciertas cosas que les enseñaron o les inculcaron en su fe desde pequeños por temor al castigo de Dios, cuando esto no tiene nada que ver con su personalidad, ni aun en los tiempos de la Ley lo hacía, El puso una serie de reglas bajo las cuales nos tendríamos que regir, las cuales si no las cumplimos tienen una consecuencia, mas cada una de ellas son por nuestro bien, es así como cuando a los niños pequeños les instruimos de no tocar el fuego por que la consecuencia es que pueden tener una quemadura, exactamente igual es con Dios, El no nos castiga, sino nos previene del mal.
La cita del día de hoy nos enseña del carácter de Dios, y nos recuerda de cómo es su anhelo el bendecirnos, como sus pensamientos son de bien para con nosotros, de cómo está esperando que nos acerquemos a El con un corazón sincero, para poder bendecirnos con aquello que necesitamos y mas, por lo que este día le invito a que tenga esa conversación con Dios que ha estado posponiendo y quite de su mente aquella imagen errónea que tiene del Padre, y tómele como su mejor amigo, un amigo que piensa el bien para usted.
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