Hay quienes dicen que «las palabras el viento se las lleva» aunque esto no es precisamente cierto, la Biblia nos habla de que nuestra boca tiene poder, y este lo podemos utilizar de manera positiva o negativa, es decir lo que declaremos sobre alguien puede tener un efecto positivo o negativo, no solo intelectual, sino incluso espiritual.

Habremos quienes nos caracterizamos por ser personas directas quienes decimos lo que pensamos y no reparamos mucho en la situación de las personas con las que hablamos y de como pueden llegar a recibir aquello que comentamos, aun cuando nuestra intención no sea la de ofender o lastimar a otro, sino simplemente el poner un punto en claro.

Dios nos dice en la cita del día de hoy que tenemos la oportunidad de lastimar a alguien con nuestra lengua como con un golpe de espada, o bien podemos ser como un ungüento medicinal para alguien, todo ello depende de la sabiduría con la que manejemos la situación, y se que en este punto usted me querrá decir «¿y como obtengo esa sabiduría?», es muy sencillo, tenemos un Dios que es sobrenatural y poderoso sobre toda cosa que puede poner en nosotros las palabras adecuadas, es mas fácil aun cuando tenemos conocimiento de la Palabra de Dios, ya que El nos recuerda citas que tienen ese impacto que necesitamos en el momento de hablar con alguien, y entonces la palabra es ese ungüento que sale de nuestras bocas.

Recuerde que por mucho que sea nuestra intención el ayudar a alguien, el decirle lo que esta haciendo mal en ese momento no es siempre lo adecuado, por que por lo general siempre estamos conciertes del error que estamos cometiendo, mas no siempre lo queremos ver, en ocasiones necesitamos sentirnos entendidos y no juzgados, apoyados mas no solapados, y animados a hacer lo correcto.

En este día tiene usted la oportunidad de usar su lengua como un instrumento de bendición que sea medicina al que habla o bien una espada que golpee a los que están a su alrededor, tome un minuto y discutalo con Dios, pidale que le de esa sabiduría y e poder de que sus palabras sean instrumento de bendición para los demás, tenga un día bendecido en ser bendición para sus interlocutores.

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