Ayer fue un día largo entre aeropuertos y demoras de vuelos, tuve la oportunidad de reflexionar sobre lo que leía en un libro:
Es cierto que muchas personas tienen la creencia de que para estar con Dios hay que ser santos y olvidan que es al revés, son santos los que están con Dios es decir, es una consecuencia de ello y no un requisito, ya que en nuestras fuerzas y en nuestra naturaleza somos falibles y pecadores, y por mas que lo tratemos de ignorar y ver de otra manera, pecamos de constante y en vez de reconocer nuestro pecado y ponernos a cuenta con Dios, nos hacemos «ojo de hormiga» y tratamos de pasarlo por alto, depositandolo en una lista de cosas para «hacer después» ya que pensamos que Dios requiere de mucho tiempo para poder estar bien con El y pensamos que no tiene cabida en nuestra vida cotidiana.
La cita de hoy nos habla de que aun quienes son justos son sujetos a caer en pecado o a ser golpeados por la adversidad, mas describe la capacidad de levantarse y colocarse de nuevo en el redil como una de las cualidades de la vida en justicia, muchas personas lo hacen la contrario, caen en pecado y se alejan de Dios pensando en que no son dignos de estar en su presencia y de orarle, otros son objeto de la adversidad y se enojan con Dios y se alejan de El, pensando en que se olvido de ellos o que los castigo injustamente, pero la realidad es que entre mas seamos tentados a pecar y aun cuando hayamos pecado, y cuando mas hayamos sido golpeados por la adversidad, mas atención tenemos de Dios si levantamos nuestras manos y nuestro corazón a El y nos ayudara a acercarnos a esa persona que nosotros queremos ser y la que El espera que seamos.
Se dice que los gatos tienen nueve vidas por que siempre caen de pie, la Biblia dice que los hijos de Dios que perseveran en la justicia no necesitamos caer de pie, ya que no tenemos la necesidad de ser perfectos, ya que tenemos un Dios que nos amo de tal manera que en su perfección, murió en la cruz por nuestras imperfecciones, no tenemos 9 vidas, tenemos solo una pero es eterna, que mas podemos pedir?