Esta pasada semana me podido percatar de lo peligroso que puede ser un comentario hecho a la ligera, un comentario puede derrumbar prestigios y acabar con la seguridad de la gente,  puede edificar egos sin fundamento que tarde o temprano terminaran exhibiendo a las personas o bien puede crear expectativas que pueden desilusionar a las personas al no cumplirse.

Las personas no tenemos un especial cuidado de lo que hablamos, no medimos el poder que Dios puso en nuestras bocas y del impacto que puede tener, he visto con gran tristeza como en grupos  de conversación, personas hacen comentarios tremendos acerca de otros solo por el hecho de ser parte de una platica y sin tener conocimiento verdadero de la situación o las personas de las que se habla.

La palabra de Dios misma nos advierte te este tipo de cosas y nos enseña en la cita de este día, que aun cuando algo tenga una apariencia de cierto tipo, no refleja la realidad y de que tenemos que estar seguros antes de abrir nuestra boca al respecto, hay versiones de la Biblia que hablan de ver bajo la superficie para saber que es lo que hay antes de poder hablar.

 Este día le quiero invitar a hacer un ejercicio que yo mismo he venido haciendo, escuche lo que dice y dese cuanta de cuantas veces habla de cosas o personas ya sea a favor o en contra sin tener un verdadero conocimiento y de cómo su opinión pudiera afectar a los involucrados.

¡Comparte esta entrada, elige tu plataforma!

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *