Últimamente he recibido muchos correos haciendo preguntas sobre la oración, del como orar y si es correcto hacerlo de una u otra manera, la verdad que el orar no es otra cosa que dedicar un tiempo en intimidad con Dios, si, también se puede orar mientras se maneja en el coche o cuando se hacen las labores del hogar, pero la realidad es que Dios anhela un tiempo para El con usted, como me imagino que usted también lo desea.
 
Esta mañana reflexionaba sobre ello, ya que hay partes de nuestra oración que requieren de un esfuerzo adicional, como el perdonar…
 
Hay personas que dicen perdonar a sus ofensores haciendo una mueca y aseverando que no les importa, pero el dedicar tiempo a perdonar es algo que lejos de tener un efecto indiferente, es un acto liberador, perdonar se puede convertir en un sano habito, incluso hasta su humor cambiara.
 
Existen personas que dicen vivir con la filosofía de «trata a los demás como quieres que te traten a ti», la Biblia dice «Ama a tu prójimo como a ti mismo»,  considero que es una excelente filosofía y mas si se acompaña del perdón, tenemos que tener el valor del perdón y no solo en lo personal sino frente a Dios para poder recibir lo mismo, no se arriesgue a endurecer su corazón, ya que grande será la desilusión cuando alguien no le perdone a usted.
 
La cita de hoy nos enseña que el perdón no es algo que se practica frente a las personas sino en la intimidad con Dios ya que será lo que nos de la entereza para poder ser testimonio al mundo de lo que Dios hace en nosotros y así podremos ser el reflejo de su amor.
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