Hay ocasiones en las que no vemos salida, hay veces que por mas que oramos no vemos para donde, ¿le ha sucedido?
Mas esto nos sucede por lo general cuando estamos esperando una respuesta especifica y no una respuesta de Dios, El sabe mejor que nosotros que es lo que necesitamos y como debemos de recibirlo, recuérdelo, al morir en la cruz y resucitar nos dejo a su Espíritu Santo para que nos acompañara y estuviera con nosotros, este nos da poder, el poder de Dios pero tenemos que saber usarlo y entre tanto y tanto es Dios quien tiene el control de las cosas, es sencillo, así como un padre enseña a su hijo a conducir un coche, las primeras ocasiones el padre le mostrara al hijo como hacerlo, las siguientes lo ira animando poco a poco a que lo haga solo en lugares seguros y apartados y así sucesivamente hasta que puede conducir solo, la diferencia es que el Espíritu Santo nunca nos dejara, al contrario siempre nos enseñara cosas nuevas, nuevos niveles de poder.
Dios nos ama y nos lo ha demostrado de muchas maneras, es su anhelo que prosperemos aun en esa situación que parece no tener respuesta, lo que desea es que pongamos nuestra verdadera esperanza en El y así como dice el salmo nos deleitemos en El y el concederá los anhelos de nuestros corazones, que encomendemos a El nuestro camino y con fiemos y El hará.
La cita de hoy es un simple recordatorio, al momento que lea este devocional, tómese un pequeño tiempo y haga una oración, «Señor, se que tienes mi vida en control, mas a veces no veo cual es el camino que me pides que siga, por favor muéstremelo, para que pueda confiar y esperar a tu tiempo, se que has depositado en mi tu Espíritu y tu amor por lo que se que jamás seré avergonzado, enséñame a amarte y serte fiel para que cuando pienses en mi sonrías y puedas decir de mi que soy tu hijo amado y que te gozas en mi y tu favor hacia mi sea evidente»