Desde que decidí seguir a Cristo he sido objeto de muchos cuestionamientos, tanto de amigos como familiares, muchas personas, y siempre me ha llamado la atención de que muchos tienen gran necesidad de Dios pero pocos tienen ganas de que se les note…
Recuerdo muy bien como muchas personas se avergüenzan de que en las Iglesias Cristianas y en muchas Católicas entre otras se alaba a Dios y les cuesta trabajo participar ya que no se sienten con la libertad de aplaudir o de levantar las manos, mas sin embargo observaba el otro día al cambiar de canal en la televisión un concierto en el cual miles de personas levantan las manos, gritan y hasta prenden encendedores, ¿cual es la diferencia? ¿por que entre los hombres si podemos hacer las cosas y para Dios no?
Todo esto deriva después en que la gente «cree» que tiene una relación con Dios «a su manera» y que oran aun sin siquiera pronunciar su oración, cuando Dios nos dejo establecida la manera en la que desea que tengamos intimidad con El.
David fue un Rey que tenia el favor de Dios y lo tenia ya que no se media en las cosas para con Dios, incluso fue menospreciado por su propia mujer por danzar delante de Dios, mas sin embargo fue bendecido, no solo el, sino sus generaciones posteriores.
Así como David debemos hacer lo que Dios nos pide, no es mas que en nuestro propio beneficio, Dios nos quiere cerca de El, para que su bendición nos alcance, no de lejos sino de cerca, quiere que le alabemos con gozo ya que las bendiciones entran mas fácil en los corazones gozosos que en los atribulados (esa es mi opinión, no esta escrito en ningún lado que yo sepa), Dios quiere que levantemos nuestras manos a El en rendición y adoración, y para que El pueda levantarnos en su inmenso amor.
Hoy le invito a que aprenda a tener una relación con Dios, no «a su manera», sino mas bien «a SU manera» (la de Dios), para que deje de ser bendecido escasamente y lo sea en abundancia a la manera de Dios.