A lo largo de mi vida he tenido la gran fortuna de conocer a muchas personas, las cuales han sido bendición a mi vida, sobretodo por que Dios me habla a través de ellos, no siempre con sus palabras sino con el testimonio de sus vidas y con sus situaciones cotidianas, muchas de estas personas me expresan la necesidad que tienen de que Dios haga algo en sus vidas y muchas otras tienen la necesidad de ser instrumentos de Dios y es ahí cuando muchos batallan, ya que no siempre es lo mismo el querer ayudar a otros y querer ser instrumento de Dios.

Recuerdo como siempre las personas tenemos la necesidad de dar consejos a otros como una manera de identificarnos con los afligidos, y aunque suene cómico pero muchas personas creen que ayudan a los demás poniendo una cara lastimera cuando realmente son incapaces de sentir lo que el amigo en desventura siente.

La cita de este día nos dice que debemos de cumplir la Ley de Cristo que dice que amemos a nuestro prójimo como a nosotros mismos, y esto lo olvidamos muy comúnmente, me llama la atención, ya que cuando estamos en un problema por lo general lo que necesitamos es hablarlo y sacar lo que tenemos dentro al ser escuchados, la diferencia es que cuando estamos del otro lado, generalmente no escuchamos, sino que hablamos mucho queriendo dar consejos que tal vez no sean relevantes para nuestro interlocutor, y no nos damos cuenta que esa persona funciona igual que usted y yo, necesita ser escuchada.

Por tanto, para abordar realmente la cita de hoy, le invito a reflexionar sobre lo que la cita de este día nos dice, habla de «sobrellevar» las cargas, es decir, antes de actuar hay que ver que es lo que nuestros amigos necesitan, muchas veces el silencio es una gran ayuda, otras sus palabras no expresan lo que sus corazones necesitan hay que ser un buen interlocutor, o bien un buen amigo, hay que seguir el ejemplo de Cristo, hay que preguntar «¿que haría Cristo en mi lugar?» y hacerlo de la misma manera, ¡solo que ojo! No piense por Cristo, El nos dejo una serie de instrucciones por escrito, no las ignore, ¡léalas! vívalas y sea el mejor amigo de los que le rodean, sea el mejor soporte en las cargas, sea una bendición para los demás.

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