Ayer que fui a la iglesia me di cuenta de cuanto depende de nosotros el ser bendecidos, que podríamos estar en medio de un gran grupo de personas bendecidas y que están en el gozo de Dios y perdernos de la bendición, es decir, Dios es bueno, tanto que nos da la opción de escoger si queremos ser bendecidos o no, esta empieza con la actitud que tomemos ante Dios.
Al reflexionar en ello no pude evitar el pensar en muchas personas que conozco, quienes verdaderamente oran a Dios y ponen delante de EL sus necesidades pero no tienen la actitud de ser bendecidos, solo quieren que su situación cambie mas no están dispuestos a cambiar nada de lo que piensan, de lo que hacen y lo que son, aun si esto fuera en contra de la palabra misma, y les sucede como si tuvieran puesto un repelente que rechaza la bendición, aun si esta pasara por enfrente de ellos, no les alcanzara.
No le encanta nuestro Dios, es tan bueno, que no nos obliga siquiera a ser bendecidos, ¡no da la opción se que así sea!, nos da la opción de regular cuanto podemos ser bendecidos, le voy a poner un ejemplo…
Escuchaba el otro día una grabación que hablaba de cuando Dios había enviado la plaga de las Ranas sobre Egipto, no me puedo aun imaginar lo que pudiera ser que aun en un plato de sopa pudiera estar una rana, según la Biblia, eran demasiadas, así que Dios dio la opción al pueblo y al Faraón de descansar de la plaga y envío a Moisés para que platicara con el Faraón, y al verle el Faraón le pide que ore a Dios para que quite la plaga y Moisés le pregunta, «claro, ¿cuando quieres que ore a Dios para que quite esta plaga?», (¿usted que respondería? Ahora mismo, ¿no?), ¡pues imagínese! El Faraón respondió, «¡mañana!», ridículo ¿no? Tuvo la opción de ser bendecido en ese momento ¡y decidió pasar una noche mas entre las ranas!.
Así sucede con nosotros, tenemos la opción de que el Padre Todopoderoso nos bendiga en este mismo instante, pero somos perezosos, no queremos orar o simplemente lo dejamos para después y ¿que pasa? Retrasamos la bendición e incluso nos arriesgamos a perderla, ya que sabemos que todo lo que hagamos para con Dios requiere de escuchar su palabra y cumplirla, y si nuestra vida no va de acuerdo a ella (la palabra) tenemos que hacer ciertos cambios y ajustes, para que tengamos un efecto inmediato.
Este día le quiero preguntar… ¿que necesita usted? ¿Que ha ocupado sus oraciones en la pasada semana?, hoy ore diferente, busque un poco en la palabra y encuentre la instrucción de Dios para su situación y haga los ajustes necesarios para que tenga la opción hoy de ser bendecido y no decida pasar una noche mas entre las ranas.