¿Alguna vez se ha usted cuestionado el por que de tener una relación con Dios? ¿Es solo el orar y que le bendiga? ¿Solo es aquel que sacia nuestras necesidades? Si es así, esta mañana quiero platicarle que esta usted viendo solo una parte del plan de Dios…

Dios nos creo según dice la Biblia a imagen y semejanza de El, esto quiere decir que tenemos un corazón similar al de El y que tenemos la capacidad de que El deposite su poder en nosotros, para que lo usemos a favor de los que nos rodean.

Hace unos días platicaba con un amigo que me decía, «mi vida va tan bien que siento el corresponder a Dios haciendo buenas obras», lo cual me pareció un poco absurdo ya que Dios no nos ama por hacer buenas obras cuando las cosas van bien, ni tampoco lo hace por hacerlas el día que van mal como pago por lo que hará, Dios ama nuestra obediencia, y el que le escuchemos en todo momento, que nos permitamos el ser usados por El y que nos demuestre que somos invencible a su lado, que de su mano, nada nos hará falta ni nos podrá poner obstáculo, que daremos fruto siempre.

En casa de mi Madre hay un árbol de naranjas que sin miedo a equivocarme tendrá unos 70 años, este árbol ha sobrevivido a todo, incluso periodos largos en que la casa estuvo en desuso y no había quien se hiciera cargo de El, lo que recuerdo es que siempre, en todo tiempo aun en los años que la casa no estaba habitada, el árbol tenia flor o fruto, siempre esta listo para cumplir con su función, toma recursos de los días de lluvia y los administra para los días de sequía.

Piense usted, si un árbol es capaz de dar fruto aun cuando no hay quien le cuide, todo esto por el diseño de Dios, imagínese los frutos que somos capaces de dar nosotros que nuestro Padre nos cuida diario, aquí es al contrario que el caso del árbol , nosotros somos los que no nos dejamos cuidar por el Padre, es como si llegásemos a casa de mi Madre y el árbol de naranjas fingiera que no estamos ahí, ¿ridículo no?!.

En resumen, Dios quiere que estemos pegados de El, ya que es su anhelo el mostrarnos que hace maravillas en otros y que lo quiere hacer a través nuestro, que somos parte de su plan perfecto y que espera que fructifiquemos para que podamos ser ejemplo a los demás de lo que Dios quiere para el mundo.
Piense hoy en los frutos que ha dado, consulte al Padre de los frutos que puede dar y no se despegue de El, así como el pámpano, prepárese para llevar mucho fruto.

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