Hace unos días platicaba con un buen amigo sobre que la voluntad de Dios es implacable, no hay manera de evitar que suceda pero si es posible que nos la perdamos por no tener un corazón dispuesto o esta lo suficientemente atentos para escuchar la voz de Dios para darnos instrucciones.
 
Me encuentro en el aeropuerto de la ciudad de México, esperando mi conexión de regreso a casa y en oración agradecía a Dios los pasados días de mi viaje, saben… cada vez que subo a un avión, mi oración es que el propósito de Dios en este viaje se cumpla, pero nunca había sido tan especifico en explicarme el motivo de el por que de cada viaje.
 
Muchas veces oramos y ponemos nuestras vidas y nuestros problemas, aun los buenos momentos en manos de Dios, pero lo hacemos mas como una costumbre que realmente dejar que las cosas tengan un rumbo celestial y Dios actúe en ello sin que tengamos una intervención y solamente seamos espectadores de su voluntad en nuestras vidas.
 
En mi viaje el día de ayer conocí a Rafael un taxista, quien hace algunos meses dejo las drogas y esta luchando contra dejar el tabaco y otros vicios pero había llegado al limite donde sus fuerzas ya no le alcanzaban y estaba a punto de renunciar a su esfuerzo, al momento de subir al taxi, sentí la necesidad de hablarle de Dios a esa persona que aun no conocía, y pensé para mi mismo «¡que va a pensar!», pero el mismo inicio la platica y unas cuadras mas delante estábamos estacionados, ¡yo orando por el y el entregando su vida y sus fuerzas a Dios!, ¡imagínese!, que hubiera sido de Rafael si no estuviera yo dispuesto a hacer lo que Dios necesitaba para su vida!
 
Claro esta que Dios no iba a dejar a Rafael fuera de su voluntad, pero tal vez yo me hubiera perdido el privilegio de ser testigo e instrumento de lo que Dios quería hacer en su vida.
 
He visto, leído y escuchado a muchos entregar su vida a Dios, pedirle ser un instrumento de su obra y el hacer su voluntad, pero cuando llega el momento dudan y se hacen a un lado.
 
La oración del Padre nuestro es una confesión de que queremos que Dios haga en nosotros lo que hacen sus ángeles, ser instrumento, mensajeros, etc… cada vez que usted confiesa esto, esta dispuesto a ser aquello que Dios ya dispuso, aproveche la situación y sea bendición para miles, Dios le bendiga

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