Este fin de semana aprendí algo que me ha sucedido un sin fin de ocasiones y nunca me había dado cuenta de como pasaba realmente.

Diariamente estamos expuestos a ser ofendidos por alguien aunque sea sin intención, y son situaciones que van haciendo una carga en nuestro corazón, pero no es sino hasta el momento que lo hablamos de ellas es que empiezan realmente a doler.
La cita de hoy nos habla de que si queremos saber que es lo que hay en nuestros corazones, observemos que es lo que sale de nuestras bocas, es decir, si usted se queja constantemente de algo o de alguien, quiere decir que de eso esta lleno su corazón, por el contrario si usted lo guarda y lo lleva a su cuarto de oración y permite que Dios le sane antes de que salga por su boca y le contamine, tendrá una vida plena en la que su boca hable de la abundancia de su corazón, de amor, fraternidad, perdón y fe.
Usted tiene la elecciòn en sus manos de que una situaciòn o disgusto le contamine, o de que no lo haga, llevelo ante Dios y empiece a experimentar una vida libre de amargura y rencor, que Dios le bendiga
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