Es muy común el que sea difícil el que nos reconozcamos como pecadores, la mayor parte del tiempo (me incluyo) consideramos que no somos tan malos o bien que en comparación a otros somos buenas personas.
Desafortunadamente es un poco más complicado que eso ya que según la Palabra de Dios, para El tiene el mismo valor un asesino que un mentiroso, esto me desconcierta constantemente, pues me doy cuenta que no importa cuanto me esfuerce, es imposible llegar a estar a cuentas con Dios, cada día es un nuevo comienzo y cada noche es el regresar a casa a los brazos de Dios a confesar mi día con el, los logros, las derrotas y los pecados que cometí.
Cristo en su infinita misericordia se dio a si mismo en la cruz y con cada una de las gotas de su sangre lavo los pecados de la humanidad, aun los que no hemos cometido, ¿se puede usted imaginar esto?
Esto hace más fácil nuestra misión imposible ¿no cree?
La cita de hoy nos invita a que de manera diaria, personal e intima, pase cuando menos un minuto en la presencia de Dios, y confiese delante de El, la verdad que solo El y usted sabrán y que le llevará a un nivel de bendición más alto de lo que puede usted imaginar.
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