Pocas personas entienden lo que verdaderamente es la bendición, para muchos la bendición es que Dios haga algo por nosotros, pero ignoran el hecho de que Dios ya lo hizo todo y ya lo dio todo por nosotros, no hay nada más que pudiera hacer ó dar?, ó qué?, acaso pretenden algo más del Creador del Universo?
Sé que muchas personas se refieren a cosas específicas, el detalle se encuentra en que no encuentran lo que buscan dentro de esa vida eterna que nos dio y no encuentran lo que están buscando y lo que piden en oración en eso que Dios nos promete, como si de repente Dios se hubiera olvidado de nosotros, le ha pasado?
En realidad dejamos de lado los detalles importantes cuando de Dios se trata y pasamos por alto un detalle sumamente importante, todo viene por medio de la voz de Dios, si no lo escuchamos y si no le podemos poner atención, entonces corremos el riesgo de irnos de largo y hacer las cosas a nuestro modo ó porque las cosas se iban “dando” y no porque Dios nos lo haya dicho.
Por tanto en nuestra fe hay un eje fundamental que no podemos dejar de ver, la Biblia nos confiesa que todo fue hecho por medio de la voz de Dios y que nada de lo que vemos viene de lo visible (Hebreos 11:3), por tanto, si Dios no lo dijo, entonces no tiene ni siquiera porqué ocupar nuestras oraciones y no tiene sentido que le invirtamos tiempo.
Esto quiere decir que es más importante que dediquemos tiempo a escuchar la voz de Dios, cosa que parece imposible para muchos, pues no tienen idea de qué es lo que Dios quisiera hablarles, pero piénselo de esta manera, Dios nos creó con la intención de hablarnos y nos dio un espíritu para que tengamos la capacidad de hacerlo, es cierto que Adán y Eva perdieron ese espíritu al momento de pecar, pero nos es necesario solamente el reconocernos como pecadores y que necesitamos un salvador que venga y nos rescate de nuestra manera de vivir, para que Dios nos otorgue ese espíritu de regreso y que el escucharlo sea de lo más natural del universo.
Es cierto que el escuchar a Dios requiere de práctica, pues no estamos acostumbrados a escucharlo y no tenemos en la mayoría de las ocasiones la intención de obedecer a esa pequeña pero firme voz que nos llama a hacer lo correcto y que siempre quiere llevarnos un nivel más allá, pero sabe, vale la pena.
Me encanta la escena de la cita de hoy, note como el Oficial (Centurión) está consciente de que su vida no es la adecuada, por ello advierte a Yeshúa (Jesús) que no es digno de que vaya a su casa, pero expresa su fe, confiesa que todo lo que necesite es que él hable y diga que el siervo es sano y así sucederá.
Lo que estamos presenciando es bendición pura, es decir ben – dición, es decir, le está pidiendo a Dios que hable bien de la situación de su siervo y así lo cree.
Note como es destacable el reconocer quien es Dios de parte del Oficial y cómo su consciencia de no necesitar más que la palabra del Salvador (Yeshúa) hace que todo tenga sentido.
De modo que nosotros necesitamos exactamente lo mismo, nos es necesario enfocar nuestros esfuerzos y nuestra atención en la voz del Altísimo de manera que podamos obedecerle, recibir sus beneficios y alimentarnos de lo que sale de la boca de Dios, de esa manera, tendremos una vida gloriosa que no dejará lugar a dudas de que somos pertenencia de Dios, no lo cree?