Una de las citas que más me emociona de la Biblia es Mateo 9:29, que nos habla que la medida de la bendición y el favor que Dios tenga para nosotros es nuestra fe, es decir, Dios no operará de una manera mayor ó menor en nosotros a la fe que tengamos, no hará más allá de lo que alcancemos a visualizar y de lo que podamos creer y es justo ahí donde tenemos que reforzar nuestra fe, pues no solo debemos de creer en lo que queremos ó necesitamos, sino debemos de creer específicamente en quien es Él, la razón por la que haría cualquier cosa por nosotros y el propósito con el cual planea intervenir en nuestra vida.
Por tanto nos debe de quedar muy claro algo, la fe no es solamente el apretar los ojos y alguna otra parte de nuestro cuerpo, sino la fe es el creer en lo que la palabra de Dios dice acerca de nosotros, pero sobre todo acerca de Dios mismo, ya que la Biblia hace eso, describir el carácter de Dios y su intención para con nosotros y no podremos tener una fe adecuada hasta que no conozcamos las verdades escritas en la Biblia.
En la carta a los Romanos 10:17 Dios nos lo deja muy claro “La fe viene por el oír y el óir la palabr de Dios”, y esto cobra sentido cuando analizamos la cita de hoy, que contiene detalles asombrosos que confirman esta verdad.
Nótelo, cómo 2 ciegos pueden seguir a alguien que no ven?, la respuesta es muy sencilla, ellos escuchaban su voz y conformaban en su corazón que aquello que hablaba era vida, eran guiados por la voz del Hijo de Dios que había venido a la tierra a traer salvación!!
Es por eso que le reconocen y le llaman “Hijo de David”, pues entendían que Yeshúa (Jesús) era la respuesta a las profecías y que hablaba como aquel Isaías había descrito con lujo de detalles, su corazón no podía estar equivocado, su fe crecía palabra a palabra y paso a paso.
Pero lo más emocionante es que no tenían que haber recuperado la vista para poder creer y no lo hubieran dejado de hacer si Yeshúa (Jesús) no les hubiera hecho el milagro que esperaban, pues su deleite estaba en haber podido caminar detrás del Mesías y haber confirmado que Dios está vivo!
Pero a su vez esas son las cosas que desatan el poder de Dios, el hecho de que creamos en Dios y le creamos a Dios sin tener la condicionante de recibir un favor ó ver un milagro de manera previa, sino por el hecho de que es su voz la que nos llena, lo ha pensado?
En ocasiones eso es lo que nos falta, el hacer un alto en nuestro camino y el simplemente creer en el Dios de los Cielos más que en su favor y en las cosas que esperamos de Él, el creer que solo su palabra tiene la capacidad de alimentarnos de una manera más plena y abundante que el más exquisito de los banquetes, y que aún nuestro descanso está en su palabra más allá de las vacaciones más relajantes que hayamos tenido.
Eso es lo que sanó a estos ciegos, que le creyeron a Dios sin la condición de que les sanara y porque habían tenido su deleite previo en escucharle, por lo cual me atrevo yo a preguntarle, cuanto tiempo hace que no escucha a Dios? Cuanto tiempo hace que no hace más que pedir y esperar algo de Él sin tener verdadera intimidad con Él?, le reto, atrévase como hicieron estos ciegos a caminar detrás del Todopoderoso solo guiado por su voz y atrévase a que su fe sea el detonante del favor de Dios.