En muchas ocasiones equivocamos nuestro caminar al entender de manera errónea los conceptos de Dios y del Reino de los Cielos, todavía existen muchas personas que relacionan la justicia con la venganza, donde Dios “tiene” que afectar a otros para compensar por algo que nos hicieron y de esa manera hacernos sentir bien ó aliviados, pero olvidan que los conceptos de Dios son mucho más elevados, pues tienen que ver primeramente con su Reino y segundo con el elevar nuestra consciencia al nivel de la consciencia de Dios y no el rebajar a Dios a nuestro nivel.
Es interesante pensar que pretendemos que Dios atienda nuestros berrinches y que creamos que él entiende las cosas como nosotros las entendemos y nos quedamos cortos en nuestro ejercicio de fe y nos perdemos del hecho de que Dios en realidad tiene una visión eterna y más allá de meterse en nuestros asuntos diarios y de pretender agradarnos haciendo cosas “lindas” por nosotros, pretende compartirnos su visión, darnos rumbo, para que tengamos la capacidad de no engancharnos con las cosas pequeñas del día a día y que no sean nuestras emociones las que nos gobiernen, sino nuestra fe que entiende más allá de las cosas evidentes.
Por eso Dios no nos va a vengar cuando alguien nos haga eso, Dios va a sanar nuestro corazón y nuestras heridas, nos va a enseñar a perdonar y cómo lo dice su palabra, a poner la otra mejilla y a caminar la milla extra, es decir, que lejos de darnos el gusto de ver a otros sufrir, nos va a enseñar a ser parte de su gracia y a dar a otros lo que no merecen, como nosotros recibimos lo que no merecemos a causa de su amor y de su plan de rescatarnos de nuestras erróneas maneras de vivir, tiene sentido, no?
Es por eso que no podemos darnos el lujo de pretender que nuestra relación con Dios gire alrededor de nosotros, de nuestras necesidades y de lo que sentimos, nos quedaríamos cortos todo el tiempo y viviríamos frustrados por todas las cosas que no suceden en nuestra vida pensando que Dios “por algo” hace las cosas y dejando de lado la identidad de Dios y el plan que tiene para nosotros.
Es justo ahí donde citas como la de hoy se vuelven emocionantes, note cómo Dios deja todos los planos claros, nos invita a permanecer en su presencia, pues en ella todo es perfecto y abunda el gozo, para que de esa manera le demos espacio de ser Dios y actuar cómo él nos dijo que lo haría y podamos ver el cumplimiento de su palabra y su promesa y no nuestro capricho y podamos a su vez dejar de ver lo qué pasa con otros, quienes también están sujetos a la voluntad de Dios pero aún no lo saben.
Recuerde que la justicia de Dios no tiene que ver con que cada quien reciba su merecido, sino con el hecho de que la palabra de Dios se cumpla, Dios pretende que todos seamos salvos e incluso declara en su palabra que donde abunda el pecado, sobre abundará la gracia, eso quiere decir que llegará el día que todos dejemos de ver nuestra condición, reconozcamos a Dios como tal y doblemos nuestras rodillas delante de él y vivamos de acuerdo a su plan, aún los que nos dañan, nos ofenden y pareciera que tienen un plan en contra nuestra, todos somos parte del mismo plan y objetos del mismo amor de Dios.
De modo que en ocasiones todo lo que nos falta es permanecer en la presencia de Dios y darle la oportunidad de ser Dios, para que en ese proceso, podamos alinear nuestros pensamientos con los de él y sumarnos a su plan, de manera que vivamos una vida llena de garantías y en el constante cumplimiento de las promesas que Dios ha dispuesto para nosotros.