Por alguna extraña razón el puro hecho de pensar en una vida de fe y el puro hecho de pensar en ser cristianos nos da mucha pereza, pues tenemos la idea de que ser cristianos ó de acercarnos a la iglesia requiere de muchos esfuerzos y que es una vida llena de limitaciones, pero pocas veces nos detenemos a pensar qué es lo que Dios opina de todo esto.
Piénselo detenidamente, el 99% de nuestras oraciones son completamente inútiles, pues Dios ya lo hizo todo por nosotros, ya lo dio todo por nosotros y ya no hay nada que pueda hacer, pues qué más hay allá que dar su propia vida para que tengamos como Él lo dice en su palabra, vida en abundancia?
Entonces?, qué es lo que pasa?, por qué batallamos tanto?, si me lo permite se lo voy a explicar:
Si lo resumo en un par de palabras, la respuesta será “el diablo nos tiene engañados”, pero si quiere que le dé más detalle, la respuesta no es compleja, solo ponga mucha atención:
Si lo pensamos detenidamente, muchas personas suelen decir que el antiguo testamento ha perdido validez y que vivimos en la era del nuevo testamento, pero curiosamente esas mismas personas que aseguran eso, son las mismas que nunca han leído ni el antiguo ni el nuevo testamento.
Adicional a eso, esas mismas personas que dicen que el antiguo testamento, están constantemente pidiendo señales y manifestaciones de Dios como lo hacía en el antiguo testamento sin entender que Dios ha dejado un nuevo orden en el nuevo testamento, de acuerdo a su Espíritu que mora en medio de nosotros, curioso, no?, no creen que esté vigente, pero piden señales de acuerdo a el!, inaudito.
Cuando entendemos que Dios ya lo hizo todo por nosotros, debemos de entender que todo lo que nos corresponde es aprender de la palabra y creerla, para que cuando las cosas que Dios espera de nosotros, las sepamos reconocer y las arrebatemos para su Reino, nada de esfuerzos, nada de limitaciones, nada de sacrificios, solo cosechar y dar gloria a Dios por esa cosecha, así de simple.
Por tanto es nuestra responsabilidad el conocer de la palabra para que el Diablo no nos “chamaquée” y que no nos engañe, para que podamos vivir una vida plena y con abundancia primeramente de su Espíritu, donde el cumplimiento de las promesas de Dios sean algo cotidiano, pero también algo que conquiste al mundo a nuestro alrededor, para que se sume a la causa del Reino de los Cielos.
Por tanto le invito a orar acerca de la cita de hoy, permita que Dios la manifieste en verdad y la haga viva en usted, de modo que vivir una vida como Él la planeó para nosotros, no solo sea posible, sino inevitable.