Por lo general el sufrimiento es algo que nos hace sentir mal ó nos hace sentir incómodos, pero no por ello es algo que deba hacer estragos ni en quienes somos, ni en lo que hacemos, pues si algo nos debe de quedar claro es que el sufrimiento es algo pasajero y aun el mismo Yeshúa (Jesús) lo tenía más que claro, pues Él mismo estuvo dispuesto a pasar por un sufrimiento que pagaría nuestro pecado y nuestras enfermedades y siempre tuvo la mirada puesta en la gloria postrera y no en el mal rato que habría de pasar.
Al decidir seguir a Yeshúa (Jesús) debemos de tener siempre en mente que esa es la oferta, que seremos de aquellos quienes rechacemos al mundo y por ello el mundo nos hará de las suyas y habremos de sufrir sus embates, pero que ninguno de ellos tiene que ver con nosotros y sobre todo que ninguno de ellos tendrá efecto alguno en nosotros, pues es de una naturaleza ajena a quienes somos nosotros, lo había pensado?
Yeshúa (Jesús) lo dijo muy claro “aquel que me siga, sufrirá persecución”, por qué?, muy sencillo, es el interés de nuestro adversario (el Diablo) el que claudiquemos y que dudemos y es por eso que en muchas ocasiones cuando nos decidimos en seguir a Cristo que las cosas se ponen un poco difíciles, tensas ó bien color de hormiga, pero lejos de afligirnos por ello, debemos de alegrarnos, pues esto es primeramente el cumplimiento de la promesa de Yeshúa (Jesús) y segundo es la antesala del cumplimiento de la promesa de que ese mal rato no tendrá permanencia ni efecto negativo en nosotros.
Es justo ahí donde podemos entender a Pablo el Apóstol quien decir que había que gozarse en las tribulaciones, no porque le gustara sufrir, sino que eran el mejor indicativo de que iba por buen camino, la oposición es la mejor señal de que estamos haciendo estragos en terrenos del enemigo.
Es así como decía el Quijote “si los perros ladran es señal de que nos seguimos moviendo”, la única diferencia es que nosotros no solo nos movemos sino que caminamos con dirección a lo eterno y a todo lo que está prometido en la Biblia.
Es por eso que en el Reino de los Cielos todo tiene un orden distinto, lo que en la tierra tiene una apariencia y una connotación difícil e incómoda, en el Reino de los Cielos es la señal de la garantía del que murió y resucitó por nosotros.
Obvio, no todos los problemas que vienen a nuestra vida son señal de nuestro adecuado caminar en Cristo, hay problemas que vienen derivados de nuestras malas decisiones ó de nuestra falta de consciencia, pero de todos ellos nos libra la sangre de Yeshúa (Jesús), de modo que cada vez menos seremos víctimas de las circunstancias y cada vez más caminaremos en la consciencia de quien es el que nos envía y a qué nos envía.
Note como los Apóstoles entendían como un honor el hecho de sufrir a causa del llamado que tuvieron y entendían que cada situación incómoda tenía que ver con el hecho del cumplimiento de cada promesa de parte de Dios a sus vidas.
Por tanto, prepárese, vienen tiempos difíciles a los ojos del mundo, pero hay una promesa en la Biblia que nos dice que Dios juntamente con la tribulación la salida, es decir nos equipa previamente para pasar por cada problema y nos dará la sabiduría para actuar adecuadamente y no ser víctima de nada, sino vencedores ante toda circunstancia (1 Corintios 10:13).
Vencedor ante las circunstancias! Amén
Vencedor ante las circunstancias! Amén