Raramente hemos decidido hacernos seres de “habitos”, es decir, nos gusta hacer cosas que nos salgan “bien” ó “no tan mal” y decidimos hacerlas una y otra vez como una fórmula no tanto para nuestro éxito, sino para nuestra comodidad y con ello adquirimos una cierta ceguera a nuestro entorno, pues nos cuesta trabajo ver más allá de lo que hay a la mano para mejorar nuestra condición ó simplemente dejar de lado aquellas cosas que nos detienen en nuestro caminar de la mano de Dios.
Es por eso que personalmente he quedado cautivado con aquellas frases en la Biblia que empiezan con un “en cambio”, que nos hablan de cuando nos decidimos y nos atrevemos a hacer las cosas de manera distinta, donde dejamos de ser nosotros los protagonistas de la historia y le damos paso a Dios para que se glorifique en lo que somos y lo que hacemos y que el efecto de nuestra vida sea distinto a como es siempre.
No lo ha pensado?, en aquellos versículos donde Dios nos reta, Dios ha tenido cuidado de anteponer la palabra “bienaventurados”, que nos habla de emoción, de adrenalina, de aventura y que nos acompañan cuando decidimos dejar de vivir a “nuestro modo” y nos arrojamos a vivir a su manera, ó qué?, usted cree que era aburrido para Noé construir un arca cuando hacia años y años que no llovía?, estoy seguro que pasaba incansables horas fantaseando en cómo es que se remontaría por las aguas y qué es lo que Dios haría, y el enfrentar a los incrédulos debía ser emocionante y pesado a la vez por pensar en los que no podrían subir al arca, pero de aburrido y “religioso” no había nada, ó no cree usted que Moisés no pensaba noche a noche “y ahora, qué se le ocurrirá a Dios hacer?”, debe de haber sido emocionante y tome en cuenta eso, Moisés pasó sus primeros 40 años pensando que sería príncipe por el resto de su vida, y Dios vino y le impuso un “en cambio” y lo llevó al desierto, luego, 40 años después cuando el mismo Moisés pensó que sería pastor por el resto de sus años, Dios vino de nuevo trajo un “en cambio” a su vida y le dio un papel como rescatador de su pueblo, y posteriormente lo puso a gobernar a ese pueblo y de ahí, los “en cambio” fueron tan constantes que ya no los podía contar, el poder de Dios en su vida era tan evidente, que lo único seguro es que dejó de vivir para él mismo y vivió para Dios con victorias, triunfos y satisfacciones constantes.
La cita de hoy empieza con un emocionante “en cambio”, el profeta Miqueas nos habla acerca de haber dejado de lado sus propias fuerzas, de haberse rendido a esforzarse por sí mismo y de batallar incluso con su pecado, de modo que cedió paso a Dios y se llenó de fortaleza, poder y justicia!, wow!, todo por un simple “en cambio”, un cambio de rutina y un dejar de hacer las mismas cosas siempre, el dejar de buscar fórmulas mágicas y permitir que Dios tome cada una de nuestras debilidades y se perfeccione en ellas, de modo que no seamos nosotros quienes tengamos éxito en la tierra, sino sea Dios quien nos use como sus instrumentos y haga nuestras vidas tan emocionantes y excitantes como las promete en su Biblia.
Por favor no deje de considerar lo siguiente, para muchos el “estar bien con Dios” significa vivir una vida tranquila y sin problemas, pero para Dios el estar bien con nosotros significa retos, adversidades y obstáculos, pero cada uno de ellos acompañado por una victoria, una satisfacción y obvio y lo más importante, la gloria de Dios, de modo que debemos de hacer como hacía Pablo el Apóstol, quien se emocionaba ante la adversidad porque veía en cada una de ellas un “en cambio” de parte de Dios y una nueva manera del Todopoderoso de glorificarse en la vida de alguien que pensaba que lo sabía todo y que se auto denominaba como alguien “bueno” en sus propios ojos.
Creo que es justamente este el momento perfecto para que deje de hacer lo que esté haciendo y se dé la oportunidad de cerrar sus ojos, abrir su corazón y pedirle a Dios que traiga un “en cambio” a su vida, dígale desde el fondo de su corazón que está dispuesto ó dispuesta a dejar de hacer las cosas como siempre las había hecho y que quiere aprender nuevas formas, nuevos caminos, pero sobre todo a dejar de hacer las cosas por usted mismo y aprender a anteponer la gloria de Dios en su lista de prioridades, pídale que sus “en cambio” sean constantes, para que provoquen su constante necesidad de Dios y le mantengan atento a su voz, deje que Dios haga las cosas a su propio modo y lo lleve a una vida de bienaventuranzas y que su vida sea tan emocionante como la de Yeshúa (Jesús) mismo, cómo ve?, se atreve?