Hablar otros idiomas es una cosa fascinante, pues el alcance de nuestra influencia incrementa, pero también la oportunidad de aprender cosas nuevas, ya que nos podemos comunicar con más personas y aprender como piensan y como viven, creo que el hablar otros idiomas es tan fascinante como el viajar, no lo ha pensado?
Ahora bien, la Biblia nos promete hablar nuevos idiomas y más allá de los que podamos aprender, pues la gran comisión nos habla en dimensiones distintas, nos dice que podremos hablar en lenguas como un don espiritual, es decir, seremos capaces de hablar lenguas angélicas y comunicarnos directamente con Dios, pero también hablaremos otras lenguas terrenales y emocionales para comunicarnos con las personas y poder llevar el mensaje de las buenas nuevas de Yeshúa (Jesús) al mundo.
Esto es tan vasto y tan específico como usted se atreva a creer, conozco personalmente a quienes han decidido poner en su corazón el difundir el mensaje de Cristo a las naciones y que Dios ha puesto en su boca idiomas que nunca estudiaron ni aprendieron y los comenzaron a hablar de manera fluida de un momento a otro, como si hubiesen nacido con ellos.
Sin embargo, es mi personal opinión que la expresión más emocionante de esta palabra es cuando empezamos a hablar el idioma de cada persona, cuando Dios nos permite dejar de hablar de acuerdo a nuestra propia opinión y nuestro propio entendimiento y podemos sin necesidad de esforzarnos hablar en un lenguaje que lejos de hacer que las personas se sientan confrontadas ó atacadas, se vean conquistadas, pues las palabras se vuelven dulces y son de acuerdo al corazón de quien las recibe.
Se lo puede imaginar?, el poder sin esforzarnos hablar de modo que nuestras palabras sean siempre sabias, siempre atinadas y siempre precisas?, que no habláramos de nuestro entendimiento sino directo al corazón de cada persona, el tener la capacidad de ponernos en los zapatos de cualquiera con solo verle a los ojos y conquistar su corazón para aquel que nos envía? (obvio hablamos de Yeshúa (Jesús)), genial, no?
Pues eso es lo que la Biblia nos promete, pero depende no de lo mucho que sepamos de la Biblia y no de lo mucho que pretendamos ayudar a las personas, sino de que hagamos específicamente lo que Dios nos pide y le voy a decir porqué.
Muchas veces tratamos de dar consejos a las personas acerca de sus problemas y tratamos de encontrar una palabra de la Biblia que se amolde a la situación ó que la resuelva, pero la cosa no es así, es justo al revés, las personas tenemos problemas porque no hemos amoldado nuestra vida a la palabra de Dios y es justo por eso que Yeshúa (Jesús) nos pide que hagamos sólo una cosa en específico, que llevemos las buenas nuevas, es decir que no importa la circunstancias en las que se encuentren las personas, les hablemos de Yeshúa (Jesús) y su forma de vivir, eso tiene más poder transformador que la mejor intención que podamos tener.
Pues es el evangelio, la esperanza y la certeza de una mejor vida, es la guía para la perfección de nuestro corazón y de la vida que llevemos, está en nosotros el decidir el hacer bien no como entendamos, sino como lo creemos de lo que aprendemos de la palabra y es en ese momento donde le damos oportunidad al Espíritu Santo a que actúe por medio de nosotros.
En el libro de los Hechos, había una reunión de personas que oraban, y el Espíritu Santo inundó ese lugar, de modo que todos empezaron a hablar en distintos idiomas, de modo que los que estaban de visita entendieran en su propia lengua lo que el Espíritu tenia que decirles, sin embargo el mensaje fue el mismo, la buena nueva de Yeshúa (Jesús), y eso fue lo que transformó a esa multitud.
Si lo nota no es mucho lo que usted tiene que hacer, solo conocer de la palabra y creerla, y será entonces que esta promesa también se cumplirá en usted quien fue escogido junto conmigo y muchos otros a ir por el mundo a predicar la buena nueva.