Muchas personas tienen la idea que pudieran tener una relación con Dios “a su manera”, y quiero entender que es porque en realidad nadie les enseñó cómo es que se debe de hacer, por tanto cada quien hace como puede ó bien como entiende, pero pocas veces toman a Dios en cuenta en su proceso de tener fe, pues hemos convertido el hecho de tener fe en algo que gira en torno a nosotros y a nuestras necesidades lejos de pensar en que somos parte de un algo más grande que tiene que ver con Dios y con llevarnos a su nivel.
La Biblia tiene un orden ya que Dios es un Dios de orden, por tanto la mejor manera de leer la Biblia es de principio a fin, sólo así entenderemos que todo tiene un sentido veremos como todo está hilado y tiene una razón de ser, veremos como la palabra de Dios no se contradice y a pesar de haber sido escrita a lo largo de miles de años, por autores que jamás se conocieron entre sí, está orquestada por un solo autor que necesita hacerse patente por medio de la palabra que deja por medio de todos estos hombres.
Muchas personas oran a Dios para que haga cosas por ellas, y son capaces de hacer todo tipo de cosas e incluso sacrificios para obtener de Dios lo que quieren, sin tomar en cuenta un par de puntos que son básicos en la fe de cualquier persona, primeramente, Dios ya lo hizo todo por nosotros, ya dio su vida para que podamos vivir eternamente con Él y para Él, de modo que no se detendrá a hacer cosas pequeñas por usted y por mi, segundo, Dios nos dejó a su Espíritu Santo, quien nos llena de poder para que seamos nosotros los que hagamos su obra y con ello, desatemos el favor de Dios que viene por medio de las promesas y constatemos que Dios es fiel a su palabra, la cual dejó específicamente para nosotros y por último, Dios nos hizo a su imagen y semejanza (capacidad de expresar su naturaleza) y Dios es un Dios que no deja de crecer, no deja de expandirse y no deja de evolucionar, está en constante crecimiento y espera lo mismo de nosotros, de modo que deja de tener efecto en nuestra vida cuando actuamos contrarios a lo que conocemos de Él.
Es por eso que la cita de hoy es una de las que más me emocionan de la Biblia, Elías, profeta designado por Dios, quien había hecho obras increíbles para Dios de la nada decide tener miedo y esconderse en una cueva, y ahí expresar de manera pasiva su fe y su celo por Dios, y sabe que es lo que hace Dios?, simple, va y le busca y le pregunta “qué haces ahí?”, porque en un solo acto Elías se convirtió en alguien ajeno a Dios debido a su actitud, dejó de ser a la imagen y semejanza de Dios y se hizo a su propia opinión, decidió que no había nadie como él y que debía de cuidarse a sí mismo pues era un acervo invaluable para Dios, de modo que necesitaba resguardarse en una cueva!
Lo más emocionante fue la respuesta de Dios, le dijo en pocas palabras que había otros 7,000 hombres que se habían guardado en santidad y que los podría usar en cualquier momento, pero que había escogido a él, pero que ahí pasivo y escondido, no le servía de nada.
Por tanto, de la misma manera que un profeta poderoso no le servía de mucho a Dios ahí escondido, nosotros tampoco le servimos a Dios si no estamos preocupados por cumplir nuestro propósito para su Reino, es decir activos en el cumplimiento de su palabra, porque sólo de esa manera agradaremos a Dios y llegarán a nuestra vida todas esas cosas que ocupan nuestra oración y que Dios denomina “añadidura”, pues no son otra cosa que la consecuencia de nuestros actos basados en la identidad a imagen y semejanza de Dios que Él designó para nosotros.
Marcos 16:15-18 nos dice cual es nuestro propósito, nos dice que fuimos creados específicamente para llevar el evangelio, es decir la manera en la que Yeshúa (Jesús) vivió a toda persona, primeramente en ejemplo y segundo en palabra, posteriormente nos dice que es nuestra responsabilidad el bautizar a las personas que hayan creído (el bautizo no es otra cosa que un acto que confirma nuestra fe) para que de esa manera señales milagrosas acompañen nuestro vivir y sirvamos a otros todo el tiempo, el problema es que pocos conocen la vida de Yeshúa (Jesús) y ocupan sus oraciones en pedir cosas que no tienen gran trascendencia y cuando no las reciben se paralizan y se esconden a esperar a que Dios “haga algo por ellas”.
La fe es como un músculo, requiere actividad para fortalecerse y no se trata de que solo creamos, sino se trata de que creamos activamente en la palabra de Dios y en que está viva, pues salió de su boca para que nosotros la cumplamos y con ello desatemos vida alrededor nuestro, de esa manera, viviremos tan ocupados administrando los beneficios del Reino de Dios que no tendremos espacio en nuestras vidas para pedir nada, pues todo nos será dado por el Dios que dio su vida por nosotros.