Tener fe es una de las cosas más sencillas que existen, sin embargo es una de las cosas que más confusión generan, pues las personas suelen creer que es algo personal y que pueden hacer a su manera, sin tomar en cuenta a Dios a pesar de que el tener fe se trata de Dios.
Esto es tan sencillo como entender que las personas creen en Dios de acuerdo a sus circunstancias y a sus puntos de vista y no de acuerdo a quien Dios es, es decir, ven a Dios tan efímero como sus situaciones y no lo ven eterno y constante como deberían de ser sus vidas, suelen tratar de hacer a Dios tan terrenal como puedan y no sus vidas tan celestiales y espirituales como Dios es, de hecho suelen confundir el término espiritual con el término de místico, siendo que sus significados son completamente opuestos.
Y esto que le comento, no lo hago con la intención de hacerle sentir mal, ni de decirle a muchas personas que lo hacen mal, sino con la intención de generar un estado de consciencia acerca de la fe, pues cuando esto suceda, será que empezarán a perseverar en el Dios vivo del que habla la Biblia.
Me llama mucho la atención que a muchas personas las paraliza la fe, es decir, por el hecho de “creer” dejan de hacer muchas cosas y esperan que lo que piden en oración les “caiga del cielo”, es por eso que dicen “abandonarse” en su fe ó simplemente lo dejan todo “en manos de Dios”, pero debemos de partir de un punto muy importante que es básico para nuestra fe.
La fe es algo dinámico y no algo estático, la Biblia incluso nos enseña que la fe sin obras es muerta, es decir, lo que creemos nos debe de poner en movimiento lejos de dejarnos estáticos y nos mueve hacia un propósito, es decir, la fe nos lleva al entendimiento de un todo, lejos de solo dejarnos en el cumplimiento de caprichos individuales, es por eso que la fe no se lleva con el misticismo, pues lo místico además de oculto es aislado, mientras que la fe nos muestra como todo se alinea y todo cobra sentido, en el camino hacia el propósito que Dios nos muestre y nos revele.
De hecho muchas personas en su ejercicio de fe, se atreven a pedir señales con la intención de tras verlas creer, siendo que las señales en la Biblia son una promesa que seguirá a nuestra fe y vendrá detrás de nosotros una vez que hayamos decidido movernos a causa de ella, es solo cuestión de poner un poco de atención a la palabra y entenderemos cómo es que Dios espera que creamos y actuemos.
La cita de hoy es una de esas que me eriza la piel, pues es una promesa muy poderosa con una condición muy clara, y debemos de entender que esa es la manera en la que Dios nos habla, no es que nos bendiga, sino que puso una serie de promesas delante de nosotros para que las conociéramos, perseverásemos en ellas y las desatemos para que nos beneficien, así de sencillo.
La cita de hoy nos dice que las bendiciones caerán sobre nosotros, entendiendo que son algo superior y tienen la característica de Dios, es decir, las bendiciones no son cosas comunes ni sencillas, las bendiciones tienen el sello de Dios, segundo dice que las bendiciones nos alcanzarán, es decir tenemos que estar en movimiento y ejerciendo nuestra fe, las bendiciones no son para los mediocres, las bendiciones son para aquellos que saben lo que quieren y para quienes están dispuestos a pelear por el Reino que fueron enviados a establecer y tercero, condiciona estas bendiciones a escuchar la voz de Dios, es decir, a anteponer a Dios y sus propósitos a nuestras necesidades y los deseos de nuestra carne, de modo que aprendamos a vivir por el Reino y hagamos de lo que pedimos una añadidura a nuestro estilo de vivir.
Piense esto, todos decimos que amamos a Dios y que es lo más importante de nuestras vidas, más pocos nos atrevemos a meditar constantemente en su palabra y mucho menos a leer su palabra y esforzarnos por cumplirla, de modo que no es muy congruente lo que decimos con lo que hacemos, pero sabe, si lo hiciéramos, dejaríamos de sufrir y pedir cosas y empezaríamos a vivir ahora si como se dice “como Dios manda” y viviríamos de una manera plena y abundante.
No se conforme con creer que Dios le ama y quiere cosas “buenas” para usted, atrévase a meterse con el Dios vivo y deje que las bendiciones le alcancen, cuando lleve usted el ritmo de Dios, no es algo difícil, no es algo complejo, solo es algo que debe de hacer en un pleno ejercicio de consciencia de modo que siempre sepa qué esperar de Dios y qué es lo que sigue en su vida de fe.