Existe una cita en la Biblia que me eriza la piel, pues contiene una gran verdad a la que nos enfrentamos todos los días y pocas veces nos damos cuenta, tiene que ver en muchas ocasiones, no en todas aclaro con el famoso “es que las cosas se están dando” y por ello intuimos que tienen que ver con Dios, pero lea la cita y luego reflexione:
“Eso no nos sorprende porque Satanás también se disfraza de ángel de luz” (2 Corintios 11:14)
Creo que la versión terrenal de esta cita es “no todo lo que brilla es oro”, sin embargo, cada vez que nosotros vemos que las cosas “se van dando” y se alinean con algo que anhelamos, con algo que pedimos en oración, con algo que ocupa nuestro pensamiento, lo tomamos sin titubear y simplemente avanzamos sin entender si es verdaderamente Dios quien está detrás de ello.
De hecho sucede más cuando no oramos (ponga atención) y a veces nos atrevemos a pensar que Dios anda detrás nuestro a hurtadillas viendo como complacernos y hacernos la vida fácil, siendo que con éste tipo de pensamientos pasamos por alto la majestad y la soberanía de Dios y cometemos el arrogante error de pensar que Dios está ahí para nosotros siendo que debería de ser justo al revés.
Pero es nuestro adversario (Satanás, el Chanclas, el Diablo ó como guste usted llamarle) quien está atento a sus pensamientos y hace todo tipo de artimañas para disfrazarse de cosas y situaciones “fáciles” y atractivas (como lo dice la cita, como ángel de luz), que no tienen ningún tipo de fundamento y que son un claro distractor del verdadero propósito que Dios tiene para nosotros ya sea en general ó en una situación específica.
Satanás es astuto y entiende como funcionamos, piense en esto, logró distraer a Adán y a Eva, quienes tenían todos los árboles del huerto para comer, es decir, tenían todo tipo de variedad y cantidad para alimentarse y deleitarse y Satanás logró enfocar sus atenciones en uno solo de los árboles, el cual estaba prohibido y luego puso las cosas ‘fáciles” para que comieran de el, así de sencillo, este par de ingenuos dejaron de ver toda la abundancia a su alrededor y se dejaron marear y encandilar por un solo árbol y así sucede con nosotros cuando nos distrae y nos hace parecer que las cosas “se van dando”, lo ha pensado?
Dios es un Dios contundente, no se anda con rodeos, no es un Dios que ande tras bambalinas tratando de complacernos ni hacernos sonreír, Él, anhela que le imitemos y que hagamos como Él, milagros, prodigios y señales son las cosas que deberían de salir de nosotros, lejos de solo frases lindas que publiquemos en las redes sociales, es por eso que nos dio la profecía, para que hablemos en su nombre e incluso nos insistió al decirnos que perseverásemos en profetizar (1 de Corintios 14), para que las personas estuvieran claras acerca de las cosas que han de esperar y que vean que todo lo que sale de la boca de Dios está alineado a su palabra y a su propósito.
Es por ello que debemos de tener cuidado cuando decimos que Dios ha tomado parte en x ó y acontecimientos de nuestra vida, a lo mejor solo fue ese famoso ángel de luz quien nos anda engañando y nos anda mareando, recuerde que Dios no tiene problemas de autoestima y no necesita que le anden colgando milagritos ni prodigios ajenos, Él es glorioso por sí solo y tiene como intención que seamos parte de ello, no por hablar “bien” de Él estamos complaciéndole, ojo!, eso también es hacer mal uso de su nombre y eso nos pone en riesgo.
Y con esto no quiero limitarle en su hablar y no quiero establecer una nueva doctrina, no, pero Dios nos ha hablado de tener una vida de consciencia, nos ha invitado a vivir en su constante presencia (ya que Él está en todo lugar y en todo tiempo) y ha bastantes verdades para hablar de Él como para andarnos inventando cosas y estarle atribuyendo situaciones en las que jamás participó por el simple hecho de que nunca fue invitado.
Piense esto, Dios es un caballero y si no le hacemos partícipe de nuestras cosas, simplemente no intervendrá, hay personas que se consuelan pensando que Dios está con ellas y esto es hasta cierto punto cierto, ya que nos lo prometió así y además está en todos lados, pero el asunto cambia cuando nosotros dejamos de estar con Él aun en su presencia, pues cerramos nuestro corazón y nuestra mente a Él y actuamos por nuestra propia cuenta, tal como hicieron Adán y Eva, quienes lejos de pecar por comer del famoso fruto prohibido, se atrevieron a pensar y actuar independientemente de Dios porque las cosas se les “iban dando”.
Por tanto, mi invitación es a que reflexione acerca de ello, qué tanto tiempo pasa usted en la presencia de Dios?, qué tanto de lo que sucede en su vida en realidad está en las manos de Dios?, le hace usted parte de todo lo que hace y le toma en cuenta?, ó es de los que toma decisiones por su cuenta y luego “ora” para hacer a Dios responsable de los resultados, al fin y a cabo si las cosas no suceden es porque Dios “por algo” hace las cosas?