El detalle con la fe de muchas personas es que suelen creer que los asuntos de Dios tienen que ver con ellos y no con el cumplimiento de un propósito y con el contexto de un Reino, es por eso que muchas personas empiezan a actuar porque las cosas «se van dando» y no porque tengan que ver con la Palabra de Dios ó bien porque Dios se los haya hecho saber cómo es que Dios suele acostumbrar.
La Biblia tiene las mismas características de Dios es una y no cambia, lo que en ella está escrito, se confirma y no deja de ser, no se altera con el tiempo, ni tiene variaciones, no es situacional, ni se adapta a nada, es una, de modo que podemos confiar en ella, como podemos confiar en Dios, de modo que en ella podemos basar nuestra fe.
Esto se lo digo, porque muchas personas suelen claudicar en su fe cuando ven que las cosas se ponen difíciles, de hecho, al momento de escribir esto, recuerdo a una querida amiga que solía decirme que cada vez que se acercaba a Dios, las cosas en su vida personal se ponían color de hormiga, y por ello no se acercaba con gusto, pero sabe, Dios prometió justo eso, cada vez que hagamos aquello que nos fue encomendado por Dios, cada vez que hagamos las cosas que son agradables a sus ojos, en ese preciso momento, las cosas tienen que ponerse difíciles, pues Dios nos prometió oposición, primeramente como señal de que vamos por el rumbo correcto, pero segundo para que nos demos cuenta que peleamos con fuerzas ajenas y que no somos nosotros, sino Dios quien pelea nuestras batallas.
Estamos en el camino a aprender a caminar sobre las aguas, no físicamente, pero si espiritualmente, es decir, entenderemos qué es lo que Dios pretende con esta enseñanza y cómo es que viviremos de acuerdo a su estilo de vida en esta tierra, sin tener que despegar los pies del suelo.
Los discípulos mismos lo experimentaron en carne propia, decidieron seguir la instrucción y la visión que Yeshúa (Jesús) les había dado y tomaron una barca a Capernaúm, y de inmediato fuertes vientos y fuertes olas les azotaron, era esto una señal de que habían hecho mal y que en realidad deberían de estar esperando a que Yeshúa (Jesús) llegara y les acompañara?, acaso Dios les estaba castigando por tomar la iniciativa?, obvio no, en lo absoluto y por el contrario, la palabra de Dios y las promesas de su Señor se estaban cumpliendo, habría oposición, pues el que es Príncipe de este mundo no está de acuerdo cuando hacemos la voluntad de Dios, así de sencillo.
Pero note cómo el texto no revela mayor emoción, ni hace mayor alarde de la situación, solo la menciona como una confirmación, de esa misma manera nos debe de suceder a nosotros debemos de entender cuando las cosas parecieran cambiar y ponerse en nuestra contra, como les digo a muchos quienes acuden a mi consejo cuando están éste tipo de situaciones, por favor recuerda qué es lo que estabas haciendo justo antes de que las dificultades comenzaran, y continúa desde ese punto.
Pablo el Apóstol nos hablaba de caminar con los ojos puestos en la meta, porque entendía que ciertamente las circunstancias nos harían titubear, pero él fue un claro ejemplo de cómo esto se cumplía constantemente en su vida, fue el que más libros del Nuevo Testamento escribió debido a su experiencia práctica en el evangelio, ya que aprendió a vivir de acuerdo al propósito que Dios le encomendó y no de acuerdo a sus situaciones cotidianas.
Es aquí donde entendemos esa famosa cita (Romanos 8:38) que nos enseña que todas las cosas nos vienen a bien a los que amamos a Cristo, ya que no es una cita que sirva para consolarnos cuando las cosas no salen como nosotros teníamos pensado ó hubiéramos querido, sino para que aprendamos a perseverar en el propósito más allá de las circunstancias ó bien las metas intermedias a corto plazo, ya que la cita termina en «a los que estamos llamados según el propósito de Dios», eso quiere decir que es una cita que lejos de ser inclusiva, es excluyente, se limita a quienes tienen el entendimiento de cómo es que Dios actúa, más allá de querernos consolar con ese famoso «por algo» con el que muchos se conforman y se hacen ajenos al Dios que dicen amar, no lo cree?