Como lo he mencionado en muchas ocasiones en estas líneas, muchas personas confunden el orar con el rezar y con el pedir, y es por eso que en muchas ocasiones experimentan confusión, frustración ó simplemente se pasan lo que llaman su tiempo de oración preguntándose si lo están haciendo bien.
Obviamente no hay una fórmula para orar, ni una manera correcta ó bien una manera equivocada de orar, Dios no es, ni nunca ha sido un Dios de requisitos para comunicarse con Él, si así fuera, entonces de qué serviría el sacrificio de su Hijo en la cruz?, no lo cree?, lo que sí es que demanda de nuestra total atención y de ocupar el 100% de nuestro corazón para poder bendecirnos adecuadamente y darnos la vida que nos ha prometido y para ello hay que orar como Él nos enseña a hacerlo.
Orar tiene que ver con el escuchar la voz de Dios, para que luego podamos poner en nuestra boca sus palabras y declarar lo que hemos escuchado y lo que habrá de suceder, pero muchas veces solo oramos acerca de los temas que nos interesan ó bien estamos esperando escuchar un si ó un no de parte de Dios, siendo que es un poco ó un mucho más complejo lo que Él habrá de decirnos, pues su voz es portadora de lo que habrá de ser por la eternidad, tanto en nosotros, como en nuestro alrededor, por tanto debemos tomar con seriedad este asunto de la oración.
Si lo nota, en la cita del día de hoy, el orar viene como cuarto paso en el camino a la restauración, pues es parte de un ejercicio de consciencia, muchas personas quieren de entrada la respuesta de Dios, pero muchas personas no estarían de acuerdo con la respuesta de Dios si no llevan la identidad adecuada, ó si su corazón no lleva la disposición correcta, por ello, de acuerdo a lo que vemos en la cita de hoy, primero vamos como pueblo, entendiendo que aun cuando Dios tiene planes para nosotros en lo individual, nuestro entorno también es parte de su plan y las personas a nuestro alrededor, son pieza fundamental de lo que Dios está haciendo y quiere hacer en nosotros y por medio de nosotros, segundo, Dios no tiene planes para complacernos, sino que nos ha creado como parte de un plan perfecto, no estamos aquí por casualidad y no es opcional el que participemos, por eso nos debemos de entender de su propiedad y como indispensables según su entendimiento, nos preparó y nos trajo para este tiempo y este lugar para que participemos de su gloria y tercero, debemos de entender que su voluntad es siempre más importante que nuestra necesidad, que nuestro apuro y que lo que nosotros veamos ó entendamos, de manera que siempre debemos de estar dispuestos a obedecer y a hacer aquello que recibamos en oración, ahora si, con eso en mente podemos orar y sin duda alguna escucharemos la voz de Dios.
Lo ve?, tiene sentido?, si lo nota, no es complejo, ni difícil, pero si es parte de un ejercicio de consciencia y de identidad, no podemos llegar a “orar” así a lo tonto y sin la reverencia necesaria, pero también entendiendo que aun lo que recibamos en ese momento es parte de un todo más grande y más complejo, entendiendo que una de las cosas más importantes que habremos de recibir en oración, será una visión global, en donde entenderemos el todo y lo general, para saber hacia donde vamos y no solo quedarnos con el aquí y con el ahora.
Orar es cómo un músculo, entre más lo ejercitamos, más fuerte será y cada vez será más sencillo, y también podremos ir y ver más a detalle conforme nuestra oración deje de ser errática y caprichosa, de modo que pasaremos de recibir y escuchar asuntos generales de visión a detalles específicos que requieren de nuestro cuidado y ejecución perfectos y fieles, de acuerdo al entendimiento y a la disposición que tengamos.
Es justo ahí cuando se empieza a desatar la famosa “añadidura” de la que tantos hablan cuando citan Mateo 6:33, pues al nosotros entender y ver el plan de Dios y hacernos parte de Él, Dios comienza a rodearnos de favor, pues ese es su estilo y es como Él lo planeó desde un principio.
mil gracias Dios le bendiga grandemente es para mi muy importante su devocional ya que ma hace entender las escrituras de una forma muy diferente a lo que se esta acostumbrado a analizar mas minuciosamente haciendo conciencia de lo que debemos vivir, que el Señor lo siga utilizando grandemente.