El problema de la oración de muchas personas, es que la mayoría quiere regresar a un punto en el pasado, a una situación conocida ó bien a una circunstancia que les acomoda ó les es cómoda, pero al conocer y entender a Dios nos damos cuenta que las cosas no son así, la Biblia nos promete en repetidas ocasiones que Él hará cosas nuevas en nosotros, siempre nuevas, pues anhela que descubramos el universo y su Reino como Él lo conoce.
Vivir una vida en Cristo, es más ó menos de esta manera, muchas personas dicen que hay que vivir nuestra vida como si cada día fuese el último, pero la Biblia nos enseña que debemos de vivir cada día como si fuera el primero, la diferencia radica en que si vivimos cada día como si fuera el último, siempre tendremos remordimiento ó pesar por lo que no hicimos, pero si vivimos cada día como si fuera el primero, entonces tendremos la disposición de descubrir y aprender cosas nuevas todo el tiempo y todo nos sorprenderá y llenará.
De esa misma manera, debemos de entender que no son nuestras circunstancias las que nos cambiarán, ni es nuestro entorno el que hará que nuestra vida sea mejor, por el contrario, el cambio vendrá de adentro de nosotros y no es que nosotros debamos cambiar, sino que debemos de vivir con la consciencia de que si Cristo habita en nuestro corazón, entonces, desde ese lugar Él hará estragos, cambiará nuestro entendimiento y nos renovará para que podamos recibir esas cosas nuevas que nos promete, y es justo por eso que nos advierte en la cita de hoy que no podremos recibir esas cosas nuevas hasta que no nos haya transformado en un receptáculo nuevo.
Es por eso que muchas personas oran y oran, ó bien piden y piden y no reciben nada, por el simple hecho de que no se han dejado renovar, no se han puesto en contacto con el Dios que quiere renovar su entendimiento para que puedan recibir cosas nuevas y agradables que los lleven de ser simples receptores a parte del Reino y pieza fundamental para el entendimiento del mismo.
Piénselo de esta manera, ningún odre bebe su propio vino, por el contrario, lo retiene y lo contiene para refrescar a otros, de manera que si Dios le renovará, es con la intención de hacerle parte de su plan y el plan de Dios es SIEMPRE el de dar, Dios le renovará para que deje de orar y pedir todo el tiempo y se convierta en alguien que dé y cuando lo haga, cumplirá su promesa y le dará más a usted porque es parte de un todo que se multiplica y se extiende.
Qué importante es conocer el orden de Dios, de esa manera nos evitaremos muchos momentos de frustración, de duda y de dolor, pues seremos renovados y transformados, tendremos un plan y una visión y sabremos siempre que sigue, a diferencia de antes, de modo que por qué no mejor dejarnos renovar y recibir un plan eterno en vez de una respuesta efímera?