El problema de la fe de muchas personas es que sólo creen en Dios en momentos de angustia y solo tienen fe para salir de problemas, para sobrevivir una situación difícil y para que las molestias de la tribulación les pasen sin hacer mayor estrago en sus personas ó bien en su estado de ánimo, pero en realidad es eso lo que Dios espera de nosotros.
Cuando pienso en este tipo de situaciones no puedo dejar de pensar en Marcelo González, un joven Boliviano (creo), que un día fue a la presencia de Dios y pidió que le enviara a hacer no algo difícil, sino algo imposible, él pensaba como las personas musulmanas creen en su dios al grado que son capaces de atarse bombas al cuerpo y por su fe va y se hacen estallar a sí mismas en medio de multitudes, mientras el “creyente” en Cristo promedio no es capaz siquiera de sacar su Biblia a diario para leerla.
Lo emocionante de la historia de Marcelo es que Dios no solo escuchó su oración, sino le respondió y con ello ha conmovido la vida de miles y nos ha retado a creer más allá de lo que tradicionalmente aprendemos en las iglesias y los grupos a los que asistimos.
Marcelo ha llevado miles de Biblias a un país que por su propia seguridad no revela y ha pasado por las situaciones más inauditas, todas ellas milagrosas, todas ellas emocionantes y cada una más retadora en su fe que la anterior.
Obviamente no es la intención de éste artículo el animarlo a que salga a las misiones mañana y cambie la vida de miles (aunque la idea no suena mal), sino el despertar su fe, el cambiar su oración y literalmente expulsarlo de su zona de confort a que se atreva a hacer oraciones poderosas que transformen su vida y la vida de quienes le rodean, para que deje solo de estar orando por cosas pequeñas y que le benefician a usted de manera temporal, y rompa con aquellos hábitos que le aletargan y que no ha querido llevar delante de Dios aunque sabe que tiene que hacerlo algún día.
Me emociono cuan leo al Salmista quien se atreve a decir citas tan fuertes y tan poderosas como la de hoy, piense en esto, ni siquiera esta pensando en enfrentar a un ejercito, sino está ya declarando que será aplastado, y no porque lo pueda hacer, sino porque conoce a Dios y sabe que éste no se anda con rodeos, si va a enfrentar a alguien, lo hará para aniquilarlo.
Tener una relación con Dios tiene que ver con el crecer y con el ir siempre hacia arriba y la cita de hoy nos confirma esto, de la mano de Dios podemos subir cualquier muro, toda dificultad es pequeña y sencilla, obvio, si lo hacemos solos, probablemente fracasemos, pero si lo hacemos de su mano y con su instrucción, la victoria será una garantía.
La Biblia nos enseña que somos más que vencedores en Cristo, pero para tener victorias debemos de tener batallas, hemos sido diseñados para la guerra y para el gobierno, no para estar echados esperando que Dios venga y nos bendiga, lo ha pensado?
Muchas personas justifican su pereza y su flojera alegando que no es el tiempo y que no están preparadas para empezar a luchar y probablemente tengan razón, pero que no es mejor empezar a prepararnos para la guerra de la mano de Dios quien no solo puede adelantar el tiempo de nuestras batallas, sino también el de nuestras victorias y nuestras bendiciones?, es usted quien lo decide, nos vemos en su próxima victoria, le bendigo.