Muchas personas tienen una errónea idea de que “poner sus asuntos en manos de Dios” significa que van a dejar de esforzarse por algo y como “premio” a su fe, Dios enderezará todo y hará todo por ellas, pero en ninguna parte de la Biblia nos habla de algo parecido, por el contrario, la Biblia nos anima a que seamos nosotros los que hagamos.
Hay personas que incluso “se abandonan” en su fe, pero en realidad lo único que quieren es olvidarse de sus problemas, pues abandonarse es dejar las cosas a la deriva, por qué habría alguien de dejarse a la deriva con la excusa de la fe?, que nunca leyó partes fundamentales de la Biblia como Josué 1:9 “Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente”, ó Isaías 40:31 donde Dios nos promete que renovará nuestras fuerzas como las del águila y que volaremos más alto?, nunca el tener fe tiene que ver con rendirnos, pero si tiene que ver con ceder nuestra voluntad y participar en el plan de Dios, un plan que no tiene que ver con nuestras circunstancias, sino con el propósito que Él planeó desde el principio de los tiempos y mucho antes de fundar la tierra.
Es por eso que nos es muy importante el seguir soñando y pasar esos sueños a planes, para que siempre tengamos una visión de lo que queremos hacer y las cosas que planeamos, para posteriormente llevar esos planes delante del Padre para que sea Él quien determine si esos planes son adecuados y los transforme en acciones específicas que no solo nos ayuden a cumplir nuestros sueños, sino se sumen al propósito que Él siempre ha tenido para usted y para mi.
Dios es un Dios congruente, siempre fue, siempre es y no tiene planeado dejar de ser, sus planes para nosotros (dicho de paso que son planes de bien) tienen la misma característica, por tanto, nos es importante validar nuestros sueños y nuestros planes con Dios, para que pueda alinear los pasos que habremos de seguir para que de esta manera Romanos 8:28 se pueda cumplir y que todas las cosas que nos sucedan nos sean a bien a quienes amamos a Cristo y a quienes hemos decidido seguirle de acuerdo al propósito que nos ha revelado.
Si se da cuenta, esta palabra no es incluyente, sino excluyente, no a todas las personas todas las cosas le vienen a bien, pues no todas las personas aman a Dios, porque simplemente no le conocen y por ende no le obedecen, esa es la parte que nos toca hacer a nosotros en vez de abandonarnos, conocer a Dios (por medio de su palabra, no hay de otra), y obedecerle, de manera que esa obediencia desate en nosotros el cumplimiento de las promesas de la Biblia y vivamos una vida genial y asombrosa, llena de beneficios.
Es por eso que la cita de hoy es fundamental en la vida de fe de cualquier persona, pues nos deja claro que la fe tiene que ver con el estar dispuestos a presentar nuestros planes a Dios, escuchar su voz y estar dispuestos a caminar al ritmo y con el rumbo de Él más que con el nuestro, si así sucede, el éxito será parte de nuestra vida cotidiana, no tendremos que esforzarnos por ser exitosos, sino tendremos que esforzarnos por escuchar y obedecer, eso es mucho más sencillo no lo cree?
Lo más interesante del asunto es que Dios nos pide en realidad pocas cosas, sencillas, pero trascendentales, nuestra obediencia es muy sencilla de atender, pues Dios no espera ni grandes sacrificios, ni cosas complejas, solo espera que estemos atentos, de hecho es por eso que nos dice en su palabra que Él es quien pone en nosotros tanto el querer como el hacer (Filipenses 2:13), es decir, nos enseña a querer y nos da las fuerzas para hacer, sin rodeos, sin sacrificios, sin condiciones, así de simple.
Por tanto le invito a que no deje de soñar y no deje de hacer planes, pero recuerde llevarlos delante de Dios para que sea Él quien de el toque de éxito y la ruta sin tropiezos para es estos se materialicen de manera sin igual.