Hace unos días alguien me hizo una pregunta que al día de hoy aún me tiene impactado, y pareciera una pregunta sencilla y pareciera una pregunta común, pero tiene una de las respuestas más complejas y más profundas que hay.
esa pregunta fue: cómo se entra a la presencia de Dios?
Estoy seguro que es una de esas preguntas que muy pero muy pocos han sabido responder y la razón es muy sencilla, no existe una fórmula, un método o una manera de entrar a la presencia de Dios ya que si nuestra condición y nuestra intención no son las correctas, no tiene ningún sentido que vayamos a la presencia de Dios, y no es porque seamos rechazados, sino que iríamos en una naturaleza contraria a la de Dios y no tendríamos a qué ir, por tanto queda más que claro que no es importante como entrar a la presencia de Dios, sino más bien a qué es a lo que iríamos a la presencia de Dios.
Una de las garantías de entrar a la presencia de Dios es que no saldremos iguales a como entramos, pues su presencia tiene ese poder transformador inigualable y nuestro estar con Él hace que seamos transformados de regreso a nuestra condición original a su imagen y con la capacidad de expresar su naturaleza.
Hay muchas personas que aseguran haber estado en la presencia de Dios pero nadie lo nota, y no es que sea una condición el que los hombres noten lo que pasó en la intimidad con Dios de una persona, pero si no es para beneficio de los demás, entonces a qué habríamos entrado a la presencia de Dios, no lo cree?
El ejemplo de Jacob me puede fascinar, me maravilla leerlo una y otra vez y no me canso de ver los efectos de Dios en el y los inútiles esfuerzos que hizo por años para cambiar y todo lo que necesitó fue un minuto en la presencia de Dios y todo fue distinto.
Pero note como Dios no se anda con rodeos, Jacob, cuyo nombre significa el engañador, el usurpador, vivía de acuerdo al significado de su nombre y antes de cambiarle el nombre y antes de bendecirle le dislocó su cadera para que su caminar nunca fuera igual.
Eso quiere decir que una de las cosas que serán transformadas en nuestro paso por la presencia de Dios es nuestra manera de caminar y nuestra manera de desenvolvernos en nuestra vida cotidiana y eso no tiene que ver con el hecho de que hagamos cosas buenas o cosas malas, tiene que ver con el hecho de que tenemos que dejar de hacer las cosas a nuestra manera y las hagamos al modo de Dios.
Piénselo, algo tan sencillo y tan cotidiano como caminar para Jacob fue transformado por el dedo de Dios y lo hizo distinto y como un parteaguas desde el día que le cambió el nombre y el significado a la vida de Jacob y puso su nombre por encima de una nación que permanece aún el día de hoy, Israel.
Por tanto, si usted está preguntándose cómo es que entrará a la presencia de Dios, mejor prepárese porque Dios le cambiará el modo de vivir y así como Jacob no pudo hacer nada para evitar el caminar de manera distinta por tener su cadera dislocada, así usted tampoco podrá hacer nada por las nuevas costumbres que Dios pondrá en su manera de vivir que reemplazarán a los viejos hábitos no pensados que abundaban en usted.
Para que eso suceda tiene usted que estar dispuesto a que las cosas cambien, cuales?, qué importa!, todo cambio que Dios haga en usted debe de ser bueno y mejorar cualquier cosa que haya en su vida no importa que tan apegada esté usted a ella, no lo cree?
Así que espere un nuevo caminar que simplemente parezca natural y como si hubiera estado ahí todo el tiempo, provocado de su visita a la presencia de Dios y que marque el resto de sus días, lo veo pronto en la fila de los hijos de Dios con el nuevo caminar!