Es interesante el escuchar como es que las personas se cuestionan cual es su propósito o la razón por la cual están esta tierra, incluso he escuchado a personas que han dejado de servir a Dios por estar esperando esa “revelación” tan profunda que definirá el resto de sus vidas.
Igualmente de curioso es cuando alguien muere y se dice de esa persona que vino con un propósito y su propósito fue dar, así que dio lo que tenía que dar y se fue, pero nadie sabe que es lo que dio, ni cual fue su propósito en específico.
No entiendo porqué es que las personas le dan tanta vuelta al propósito de sus vidas, ya que estoy convencido que si lo descubrieran no lo llevarían a cabo, pues se les haría muy pesado o tedioso, tanto que no se han tomado la molestia de buscarlo a profundidad.
La palabra nos revela que hemos sido creados a la imagen de Dios y con la capacidad de expresar su naturaleza (Gen 1:26 The Message) y la misma Biblia nos enseña que a Dios nadie le gana a dar, de modo que una de las cosas que nos deben de venir como naturales, es el dar.
Pero dar qué?, por qué todos se asustan con el dar y piensan que el dar se trata solo de lo económico?, aunque obviamente por ahí deberíamos de empezar, no para que nos pese, sino para que comprobemos la fidelidad de Dios donde nos promete que al que da, le será dado aún más.
Dar se trata de todo lo que somos, es decir, nuestro tiempo, nuestra atención, nuestra oración, nuestro consejo y en definitiva nuestro dinero, pero no es dar por dar, ya que lamentablemente muchos lo hacen con la intención de lavar su conciencia o de intercambiar el dar y hacer cosas “buenas”, por cosas que esperan de Dios, siendo que Dios nunca responderá de esa manera.
Dar es algo que nos viene tan natural como el escuchar la voz de Dios, hay quienes nunca han dado porque nunca han escuchado la voz de Dios, y no han escuchado la voz de Dios porque no han nacido de nuevo, es decir, no han regresado a ese estado natural como Dios nos creó.
Es por tanto que debemos de dejar de luchar con nuestras consciencias y debemos de dejar de esta peleando en nuestro interior con lo que “deberíamos” de hacer pero en realidad no queremos, pero que nos acosa todo el tiempo.
Obviamente el recibir cosas es lindo y más cuando es de parte de Dios, pero nada se compara a la cara de satisfacción de alguien que da, no por el hecho de dar, sino por el hecho de alinearse a su propósito que no hay que investigar, que no hay que indagar y que nadie nos tiene que revelar, está descrito en la Biblia, la cual habla de Dios.
Por tal piénselo de esta manera, en vez de buscar que hacer, o su propósito en otro lado, busque en la Biblia, lea acerca del carácter de Dios y recuérdese a usted mismo que fue hecho a la imagen de Dios y con la capacidad de expresar su naturaleza (semejanza) y recuerde que el dar le viene natural, si esto no lo convence, tómese un tiempo y lea acerca de nacer de nuevo, a lo mejor esto es lo que necesitaba, recuperar su espíritu para que pueda escuchar la voz de Dios libremente y obedecer sin tener que ser forzado, no tiene una idea qué tan diferentes suenan las cosas cuando vienen de la voz de Dios y no de los demás que pretenden que hagamos algo para complacerlos o parecer espirituales.
Solo recuerde esto, a Dios no le agradan las personas que dan, a Dios le agradan las personas que le conocen, le aman y le obedecen, dar por dar no tiene sentido, dar por imitar a Dios según su instrucción tiene grandes repercusiones en el Reino de los Cielos.