Alguna vez se ha puesto a pensar que es lo que significa que Dios nos haya hecho a su imagen y semejanza?, qué es lo que Dios quiso decir cuando nos hizo superiores a los Ángeles y nos sopló vida a diferencia de los animales?
Hay una versión de la Biblia (The Message) que en su traducción dice “y dijo Dios, hagamos al hombre a nuestra imagen y con la capacidad de expresar nuestra naturaleza”, eso quiere decir que no solamente nos parecemos a Dios, sino tenemos la capacidad de hacer todo lo que Él hace.
En muchas ocasiones hay personas que se acercan a mi y me hablan con frases que contienen fragmentos como “mi naturaleza pecadora”, cuando en realidad no tienen idea de lo que hablan, ya que la Biblia nos dice exactamente lo contrario, el que nuestra mente piense primero en pecado, no quiere decir que nuestra naturaleza sea de esa índole, sino que hemos estado demasiado en contacto con el pecado y lejos de nuestra verdadera identidad.
Ahora bien, piénselo de esta manera, nos hemos acostumbrado a ser las víctimas de todo, de nuestras parejas sentimentales, del bulling en las escuelas, del medio ambiente, de las enfermedades y no sé de que tantas cosas, cuando en realidad la Biblia nos dice claramente que somos más que vencedores (Romanos 8:37), sin embargo le creemos más a lo que vemos, a lo que pensamos y a lo que sentimos, que a nuestra propia naturaleza y a la capacidad de expresar el poder y el carácter de Dios en todo momento y ante toda circunstancia.
Normalmente decimos “Dios es amor” y a la vez decimos “ya no te amo” ó peor aún “me cansé de amar”, siendo que una de las características del amor es que no tiene caducidad (1 Corintios 13:4-7), y no es que tengamos que permanecer toda la vida a lado de alguien que no amemos, sino que tenemos la capacidad primeramente de ser sabios al elegir a quien amar y a amar de la manera adecuada, de modo que podamos ser congruentes con nuestras palabras y a la naturaleza que Dios puso en nosotros.
En ocasiones no me queda mas que asombrarme ante la s verdades tan increíbles como cuando pensamos que nuestro pecado nos limita de la presencia de Dios, siendo que la sangre de Yeshúa (Jesús) nos hace dignos, nos limpia y nos pone en condiciones de entrar a la presencia de Dios y lejos de pensar que el pecado nos aparta de Dios, debemos de ser conscientes de que es cuando pecamos que más necesitamos ir a su presencia, recibir perdón y recuperar nuestra identidad.
De hecho, justo eso es lo que pasa cuando vamos a la presencia de Dios, somos transformados de nuevo a nuestra identidad original, a su imagen y con la capacidad de expresar su naturaleza, de modo que aquel que se niegue a entrar a la presencia de Dios, sea por la razón que sea, no es mas que un necio que niega a Dios y se niega a sí mismo.
Y esto trae a colación otro asunto muy importante, hay quienes dicen no leer la Biblia porque no le entiende y le voy a explicar porqué es esto, normalmente las personas van a la Biblia porque no les queda de otra y van en búsqueda de una respuesta y a encontrar algo relacionado a sus situaciones o a sí mismas, pero sabe, la Biblia nos habla de Dios y del carácter de Dios, de modo que si no vamos a la Biblia con la intención de conocer a Dios probablemente no encontremos nada que nos interese en ella y diremos “no le entiendo”, pero si vamos con la intención de conocer a Dios, le vamos a encontrar y de paso aprenderemos a conocernos a nosotros mismos, ya que encontraremos esas similitudes y esas capacidades que puso en nosotros que son iguales a las de Él.
La cita de hoy no hace mas que ponerme la piel de gallina, piense en esto, Dios habla con Oseas el Profeta y le da la instrucción de ir y buscar una prostituta para casarse y tener hijos con ella, le anuncia que esta le será infiel y que le dejará, luego hace una analogía acerca de que esta prostituta es igual al pueblo de Israel de modo que le hace entender a Oseas que será despreciado igual que Dios es despreciado, pero al final le dice, así como yo perdonaré a Israel, harás tu con tu mujer, y como yo amo a Israel, tu la amarás a ella, y como mi corazón está limpio de heridas y tiene la capacidad de dar y ser bueno, así estará tu corazón, en realidad no importa lo que Israel o tu esposa hayan hecho, te estoy recordando que te hice a mi imagen y con la capacidad de expresar mi naturaleza, si yo puedo, tu puedes también!, asombroso, no?
Por tanto, si las cosas por alguna razón no van bien en su vida, ó las cosas no le salen como quisiera, probablemente solo le hace falta el entenderse de acuerdo a la imagen y semejanza de Dios, para hacer como Dios hace, si lo nota, Él nunca ha fracasado, por tanto no tendría porque hacerlo usted, no lo cree?
Le invito a profundizar en la cita de hoy de modo que se vea y se entienda no en los zapatos de Oseas, sino en los zapatos de Dios y recupere esa capacidad de hacer como Él y pasar por encima de sus sentimientos, de sus circunstancias y de todo lo que le impida expresar su naturaleza santa.