Una de las preguntas más recurrentes que me hacen es el como orar, es decir, las personas están en la constante búsqueda de la receta secreta para orar adecuadamente y para recibir respuesta a sus peticiones.

El detalle es que para Dios no son importantes los protocolos, ni los modos en los que las personas oren, ya que antes de pretender una manera adecuada de acercarse, pretende tener una relación con cada uno de sus hijos y esta será 100% única y diferente, no hay manera de replicar lo que pasa entre una persona y Dios y lo que sucede con otra persona, es decir, nadie puede aprender por medio de un método para orar, ya que Dios observa la intención del corazón más allá del modo de acercarse a Él.

Contrariamente a lo que las personas piensan, Dios no pretende que seamos “buenos» para poder acercarnos a Él, ni pretende que llevemos una vida de recato para poder “estar bien” con Él y así pueda bendecirnos, ya que el primero que está consciente que el requisito para que podamos permanecer en la tierra, es el pecado, ya que sin este moriríamos de manera automática y seríamos recompensados a ir a la espera de que Yeshúa (Jesús) vuelva.

Para poder entender a Dios y poder llevar una adecuada relación con Él, debemos de siempre partir del punto de que la cruz fue planeada desde antes de crear al hombre, es decir, Dios siempre supo que habríamos de pecar y que tendríamos que ser rescatados por Yeshúa (Jesús), por tanto, debemos de eliminar toda culpa de nuestros encuentros con Dios, para que estos puedan ser auténticos y efectivos.

Ahora bien, no podemos pretender acercarnos a Dios sabiendo que somos pecadores y solo ir a pedir cosas, así no funciona el asunto, ya que ese tipo de conducta es la de un bastardo que anhela los beneficios de la casa, pero siempre sabiendo que no pertenece ahí, que no vive ahí y que nunca heredará, debemos de entendernos hijos, que aún habiendo habitado en el pecado, fuimos escogidos por Dios en lo específico para ser adoptados y llevados a casa, para ser transformados en herederos, aun cuando no hemos hecho, ni hay nada en nosotros para poderlo merecer.

A veces parece tonto, pero es así de simple, todo lo que necesitamos es querer ser parte de la casa, y del Reino, pretendiendo ser herederos, pero no para recibir, sino para gobernar juntamente con Yeshúa (Jesús) y con ello poder extender el Reino de aquel que nos escogió para cosas grandes.

Por tanto, cuando buscamos el “modo» adecuado para acercarnos a Dios, no hay tal, pues no podemos acercarnos a Él pretendiendo que lo merecemos, ni fingiendo que lo necesitamos, y digo fingiendo, porque si en realidad lo necesitáramos, no pecaríamos, ya que Él pone en nosotros la capacidad para no pecar de manera repetitiva y no caer una y otra vez en el mismo error continuamente.

Dios perdona nuestro pecado y olvida incluso que lo perdonó y espera que nosotros hagamos lo mismo, el olvidar todo aquello que nos ha sido perdonado, de modo que al ser eliminado de nuestra consciencia, de nuestro pasado y de nuestra mente, no tengamos problemas con caer de nuevo en el mismo error y sea cada vez menos lo que pequemos hasta que hayamos alcanzado la estatura de Yeshúa (Jesús) y podamos reclamar la recompensa de morir para esperar su segunda venida.

Por tanto y ya que no hay manera correcta de acercarse a Dios, debemos de enfocarnos en la actitud con la que lo hacemos, es decir, sabiéndonos culpables, pero a la vez incapaces de vivir de otra manera por nuestra propia cuenta, para que de ese modo dejemos de vivir independientemente y empecemos a vivir de manera dependiente, de su perdón, de su identidad y de su poder, para que aprendamos a levantarnos de inmediato de cada caída, pero con fuerzas ajenas y cada vez nos levantemos en mejores condiciones, porque cada vez también la caída será menor y libre de culpa, ya que nuestro pecado ya no nos seguirá.

En resumen, todo lo que tenemos que hacer es reconocer nuestra debilidad y nuestra incapacidad de vivir de manera independiente, para que vivamos bajo el constante efecto del perfeccionamiento de Yeshúa (Jesús) en nosotros y podamos ver de manera tangible nuestro constante crecimiento y transformación.

¡Comparte esta entrada, elige tu plataforma!

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *