Es un hecho que todos pasamos por esa etapa donde nos preguntamos cuál es el propósito de nuestra vida?, y hay quienes perseveran en descubrirlo y encontrarlo, pero la gran mayoría de las personas simplemente lo dejan pasar y esperan que “les caiga del cielo” o no sé qué, pero siguen viviendo sin saber a donde ir.

Me he topado con muchas personas en esta etapa, muchas personas que quieren saber para qué en específico fueron creadas y cómo es que Dios se va a manifestar por medio de ellas y un común denominador en estas personas es que no tienen idea de como comenzar y de alguna manera tienen la idea de que Dios les va a poner a hacer algo completamente distinto a lo que hacen o de plano les va a llevar a un plano radical.

Aquí cabe aclarar una cosa, Dios ya es radical, en donde Él habita no existen las medias tintas, por el contrario, todo es o no es, Él no titubea y pretende que nosotros seamos como Él lo es, pero la radicalidad no depende de Él, sino de nosotros, ya que tiene que ver con lo que creemos, cuanto lo creemos y como es que lo aplicamos en nuestra vida diaria, eso es lo que nos hace radicales y para poder lograr eso necesitamos pasión por lo que hacemos, es decir, necesitamos conocer lo que hacemos, dominarlo y tener visión de a donde nos puede llevar, sin eso no hay radicalidad, en otras palabras, no Dios no nos va a sacar de ser empresarios o profesionistas para llevarnos a ser monjes en el tibet apartados del mundo, ya que ahí no le servimos de mucho.

Habiendo dicho esto el propósito de Dios tiene que ver con nosotros, con nuestro entorno, con lo que nos gusta y con lo que hacemos, pero no lo descubriremos a menos que descubramos la palabra de Dios como parte de nuestra vida y como parte integral de nuestra vida.

Eso no quiere decir otra cosa que nuestro propósito específico en la vida lo encontraremos en la palabra de Dios y para muestra está la cita de hoy.

Note como Dios usa la palabra como guía, y todos sabemos que para saber a donde vamos, debemos de saber en donde estamos, por ejemplo, ha notado que cuando usa los mapas de su teléfono celular o de su computadora o aun si usa un mapa en papel o un atlas, lo primero que suele hacer es buscar en donde está usted?, esto es por la simple razón de que fuimos creados con una semejanza a Dios, así que si Dios necesita que primero sepamos donde estamos, nosotros reaccionamos de la misma manera.

La Biblia nos ayuda a saber a donde estamos, cual es la condición de nuestra vida en relación a lo que Dios planea y espera de nosotros de modo que tengamos una base de donde partir, como me dijo un buen amigo el fin de semana, para que tengamos un “desde» donde partir que nos lleve a un “hasta» que es el propósito que Dios preparó para nosotros.

La semana pasada tuve la oportunidad de enseñar en una escuela de negocios para hombres y mujeres que quieren hacer las cosas de acuerdo a lo que dice la palabra y era emocionante mostrarles a los participantes cuantas cosas tan sencillas pero tan importantes tenían que tener en cuenta y hacer basados en tan solo unos cuantos versículos y todo esto tan solo para poder empezar a planear un negocio, ni siquiera llevarlo a cabo.

La cita de hoy nos revela que Dios necesita y anhela que usemos su palabra para poder ubicarnos y de ahí poder partir a ese propósito que va acompañado de la vida gloriosa que nos promete y anhela que alcancemos, que dice usted?, está dispuesto a arriesgarse a la aventura de hacer las cosas al modo de Dios?

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