Hace semanas que una sola cita Bíblica da vueltas en mi cabeza y en mi corazón y me fascina como Dios se ha empeñado en explicármela desde tantos flancos distintos para que quede adecuadamente grabada en mi corazón y como un verdadero principio de vida, esa cita es la famosa cita de “Dios nos ha creado a su imagen y semejanza”.

Me encanta el hecho de que la haya puesto al principio de la Biblia, justo para que no la olvidemos a lo largo de nuestra lectura de la Biblia entera y que podamos vivir y entender la misma de acuerdo a ese concepto y le voy a explicar porqué.

En los pasados días vi con un par de grupos de discipulado una película acerca de la vida del Profeta Oseas, aquel a quien Dios ordenó que se casara con una ramera de su ciudad, y es importante destacar que a pesar de que fue un mandato de Dios siempre fue opcional para Oseas hacerlo, ya que en la promesa no iba incluido el hecho de Gomer (así se llamaba la ramera) fuera a cambiar o viera esto como algo bueno.

Como era de esperarse, en poco tiempo el corazón de Gomer volvió a anhelar las cosas que su marido no podía darle por lo que empezó a coquetear con otros hombres y saberse deseada del modo que ella estaba acostumbrada al grado que después de un tiempo decidió dejar a Oseas, a pesar del esfuerzo que este hacía por amarla, mas bien por hacerla sentir amada, ya que lo que salía de su corazón era auténtico.

A la par de estos sucesos, el pueblo de Dios despreciaba a Dios y a su verdad, las profecías que enviaba por medio de Oseas eran rechazadas ya que había abundancia en la tierra y todo parecía ir bien, para qué necesitaban un Dios lleno de reglas y costumbres aburridas?

Lo que Gomer no esperaba, es que su nuevo amante se aburriría pronto de ella y la enviaría al mercado de esclavos, donde encima de su desgracia, nadie la quería comprar, ya que todos la conocían, que grande vergüenza!, pero llegó su marido quien pagó un precio mucho, mucho superior al que se pedía por ella (además de ser todo lo que Oseas poseía) y la llevó a casa.

Una de las reflexiones que comúnmente escucho al ver o escuchar historias como esta es “creo que en realidad hay mucho de mi de la actitud de Gomer”, y sabe, normalmente es cierto, solemos vendernos por las cosas que nos provocan placer y en muchos sentidos somos rameras que deciden irse con el primero que nos ofrece lo que anhelamos sin pensar en las consecuencias que estas decisiones nos causen, pero sabe, eso no es lo que Dios quiere que pensemos.

Como le decía, Dios nos hizo a su imagen y semejanza, con la idea de que le imitemos a Él y nos esforcemos por aquellas cosas que lo reflejan a Él y no puso escribió las historias de la Biblia con la intención de mostrarnos qué tan malos podemos ser, por el contrario, escribió la Biblia para mostrarnos como creer en Él, ya que habla de como Oseas entendió como es que Dios nos ama y como es que él podía sanar su corazón y cumplir su promesa de amor a pesar de las heridas y los hechos evidentes, cuando Oseas aprendió que el amor de Dios no depende de nuestra correspondencia a Él, pudo amar a Gomer como Dios nos ama y regresó a ese estado natural de ser a imagen y semejanza de Dios.

Por tanto, esta en usted el que decida en quien quiere fijar sus ojos, en Gomer la ramera que le hará ver sus defectos y errores o en Oseas quien decidió imitar a Dios y regresar a su estado natural.

Podemos ver las cosas como se ven en la tierra o simplemente podemos ver las cosas como las ve Dios y provocar lo imposible simplemente por poner nuestros ojos en lo correcto y que esto provoque la fe que logra cosas sobrenaturales, como ve?

¡Comparte esta entrada, elige tu plataforma!

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *