Para muchos tener fe es creer en algo y apretar los ojos como queriendo que pasen las cosas y esperar a que Dios haga aquello que piden, y si por alguna razón no sucede seguramente es porque Dios tiene algo mejor para ellos, aunque nunca lleguen a saber con certeza si fue así o que fue aquello “mejor» que esperaban, he conocido muchos casos de estos y hace muchos años decidí no conformarme y hacer que las cosas sucedieran.

Al leer la Biblia y en la práctica comprobé que la fe es todo menos pasiva, es decir, no tiene nada que ver con el sentarse a esperar y menos con el apretar los ojos para que sucedan las cosas, la fe tiene que ver antes que nada con la palabra de Dios.

En otras palabras, aquello en lo que tenemos que creer es en la palabra de Dios y no en lo que queremos o esperamos, ya que para todo lo que pudiéramos desear, hay una palabra y una promesa en la Biblia.

Cuál es la diferencia?, sencillo, toda la palabra de Dios fue hablada por Él, por tanto Él es fiel a su palabra, no a nuestros deseos, de modo que si encontramos una promesa que haga referencia a lo que pedimos, es una garantía que suceda, pero ojo, todas las promesas tienen condición y no es que Dios quiera ponernos las cosas difíciles, por el contrario, Dios es un Dios dinámico, y pretende que seamos iguales a Él, es cuando le imitamos y cuando funcionamos como Él, que hace descender su Reino sobre nosotros y empezamos a recibir los beneficios del lugar donde Él habita y del cual venimos, así de sencillo.

La Biblia nos enseña que la fe sin obras es muerta, por tanto no podemos solo “creer» y luego esperar a que las cosas sucedan, aún si creyéramos en la palabra de Dios, nos es necesario actuar en dirección hacia la palabra, para poder reclamar las promesas.

Si, si leyó usted bien, usé el término “reclamar”, ya que ese es el detalle que con mas frecuencia afecta a aquellos que dicen creer en Dios, que no conocen que Dios nos dio toda una serie de promesas que son mas bastas que nuestra necesidad e incluso nuestra imaginación, pero que no recibiremos a menos que las conozcamos y las reclamemos.

Ahora bien, es por eso mismo que están los hombres y mujeres de la Biblia, nos son como ejemplo a seguir de como tener una relación con Dios y de como obtener aquello que pedían a Dios, pero note como la cita de hoy habla acerca de “heredar”, no solo “recibir”, ya que el que hereda lo recibe por derecho, el que solo recibe, lo hace por gracia, y que mejor que vivir con la certeza de lo que recibiremos, sabiendo que nos corresponde como hijos el hacerlo, no lo cree?

Obviamente el heredar nos implica hacernos hijos y funcionar como se funciona en la casa de la cual heredaremos, una vez más acción es requerida junto con la fe.

El detalle está en que muchos no se entienden verdaderamente como hijos, por tanto nunca actúan como tales y no conocen las promesas que heredarán y por tanto viven “al día”, recibiendo lo necesario para sobrevivir y no morir de falta de fe.

De acuerdo a esto y entendiendo las cosas como Dios las entiende, la pelota está de su lado de la cancha, está en usted el decidir que hará con ella, anotará un punto o simplemente la regresará del otro lado para ver que sucede?

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